- La guerra política de meses entre el Gobierno de Samuel García y los diputados del PRI y del PAN ha escalado a niveles de persecución nunca vistos.
STAFF / AGENCIA REFORMA
GUADALAJARA, JALISCO.- MONTERREY.- La guerra política de meses entre el Gobierno de Samuel García y los diputados del PRI y del PAN ha escalado a niveles de persecución nunca vistos en Nuevo León.
Testimonios y documentos recabados por Grupo REFORMA indican que la Administración emecista emprendió una estrategia de acoso político -mediante el uso del aparato estatal- de la que se desprenden al menos 300 acciones de presión no sólo a legisladores, funcionarios y líderes del PRIAN, sino también a familiares, amigos, compadres, simples conocidos y hasta a personas a las que equivocadamente se les liga con los rivales políticos del Gobierno.
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Entre los actos que acusan los afectados hay denuncias, clausura de negocios, congelamiento de cuentas bancarias, requerimientos fiscales, investigaciones en materia de inteligencia financiera, imposición de multas, reducción y corte en el servicio de agua, detención de trabajadores e incluso la descarga de toneladas de basura en sus domicilios.
La Unidad de Inteligencia Financiera y Económica (UIFE), la Subsecretaría de Administración Tributaria (SAT), Fuerza Civil, las Secretarías de Medio Ambiente, Trabajo y Salud, y las Direcciones de Agua y Drenaje, Protección Civil y Simeprode están entre las dependencias usadas por el Estado para sus acciones.
También han presentado denuncias ante la Fiscalía General de la República y la Fiscalía Anticorrupción local.
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