Por KUKULKÁN
QUÉ de espectacular podría informar ayer la alcaldesa de Benito Juárez, Ana Patricia Peralta a un año de haber asumido el cargo en calidad de suplente de la ahora gobernadora de Quintana Roo, Mara Lezama Espinosa, impulsora de las obras de infraestructura urbana más impactantes que el gobierno federal y estatal realizan en esta demarcación, como la remodelación de la Avenida Colosio, la construcción de un distribuidor vial para el Aeropuerto Internacional de Cancún, que ya fueron concluidas y se espera que en diciembre entrante sean inaugurados la Estación del Tren Maya que estará conectada a las instalaciones aéreas para mejor movilidad de los turistas; el puente vehicular de casi 9 kilómetros sobre la Laguna Nichupté; y la Avenida Chac Mool que evitaría a muchos trabajadores tener que pasar por el centro para ir a la zona hotelera o salir de la ciudad.
CON qué obra u acción podría opacar la alcaldesa cancunense el trabajo hecho por su antecesora, la respuesta es elocuente. Sin embargo en su deslucido discurso, a Ana Paty no le quedó de otra que colgarse de los beneficios que representarán para Cancún y sus áreas conurbadas, este paquete de cinco megaobras que no se habían realizado jamás en 48 años de fundación del estado. Obvio no podía colgarse la medallita en presencia de la gestora de estos proyectos, a quien la alcaldesa tuvo que reconocerle sus logros ante el público convocado a su evento de informe de gobierno sobre la Plaza de la Reforma del palacio del ayuntamiento.
DURANTE un año Ana Paty ha venido gobernando el municipio por inercia de lo establecido por el gobierno federal y lo encaminado por su antecesora, incluido todo el gabinete porque ella no los pudo escoger cuando llegó como afortunada suplente, como es lógico a ella muchos no le deben el cargo y por lo mismo nadie le siente como su jefa y el proceso de aprendizaje se ha ido prolongado sin más logros que colgarse de lo construido por el gobierno de la Cuarta Transformación. ‘He tenido la suerte de vivir de cerca la transformación de Cancún, que comenzó hace 5 años’, se justificó.
ESA suerte de brillar con luz ajena, con los programas federales de bienestar para los sectores más vulnerables aplicados actualmente en el municipio por disposición federal y estatal, es lo que mantiene a Ana Paty en el ánimo de quienes militan o simpatizan con el movimiento de transformación nacional impulsado por el presidente Andrés Manuel López Obrador; los convencidos creen en el proyecto independientemente de quién gobierne, apoyan la causa no a las personas. Por eso estuvo fuera de lugar la difusión de videos de ciudadanos previamente elegidos agradeciendo a la alcaldesa Ana Paty todos sus apoyos y atenciones, cuando la realidad es que ella sólo es el último eslabón de la cadena de mando en la entrega de estos apoyos a través de pensiones o becas para personas de la tercera edad, madres solteras, jóvenes, niños y niñas, así como a discapacitados.
SU discurso estuvo cargado de optimismo, buenos propósitos y muchas felicitaciones por los éxitos logrados (faltaron el confeti y las serpentinas), sin contenido de una sola obra o acción que lleve impreso el sello personal de Ana Paty quien durante el acto, como ha venido siendo todo este tiempo, fue opacada por Mara Lezama e inclusive se mimetizo e intentó reproducir el talento discursivo de la gobernadora que domina la comunicación con la gente y resultó una copia forzada. EN uno de sus deslices, la alcaldesa regañó a los ciudadanos porque tiran mucha basura e inclusive contó que en sus recorridos que hace constantemente le da mucha tristeza encontrarse con desechos en las calles, les ordena a los responsables retirarla, pero más tardan en llevarse la basura que en aparecer nuevas bolsas que dan mal aspecto urbano. Para ella que se desenvolvió en la zona hotelera de Cancún, hasta ahorita que pisa las calles y se mete a las regiones o colonias le resulta una sorpresa desagradable ver estos escenarios que para los ciudadanos que habitan esas zonas son parte de su cotidianidad precisamente por la deficiencia e insuficiencia de los servicios públicos.
