Por KUKULKÁN
DURANTE las dos últimas décadas, la política mexicana ha experimentado un cambio significativo. Lo que una vez fue un coto exclusivo para líderes experimentados en estas lides, hábiles en la oratoria y el discurso ha dado paso a jóvenes desconocidos e inexpertos que buscan poder político y económico, a menudo respaldados por estrategias de comunicación digital y una imagen cuidadosamente construida. Este fenómeno, aunque no exento de desafíos, también ha dado lugar a algunas excepciones notables, muy escasas.
EL CASO del chivo en cristalería que ha captado la atención recientemente es el de Nuevo León, donde el gobernador Samuel García Sepúlveda, en su ambición por la silla presidencial, dejó la gubernatura temporalmente para arrancar su precampaña política y fue sorprendido por el acecho de sus opositores en el Congreso estatal, PRI y PAN, que pretendieron imponer a un gobernador interino afín a sus intereses. La lucha por el poder se intensificó al grado de que el gobernador emecista tuvo que regresar al mando del poder local, evidenciando la falta de consenso político, situación que subraya la importancia de la experiencia y la diplomacia en la política.
LA COSA no paró ahí, a la lucha por el poder se sumó su esposa Mariana Rodríguez Cantú, líder influencer de redes sociales y sin experiencia política, que se registró como precandidata a la presidencia municipal de Monterrey y quien salió a defenderse de los ataques: ‘ante todas las críticas y ante todas las palabras que dicen que no tenemos experiencia alguna en esto, la única experiencia que necesitamos es la del corazón’. Su respuesta, aunque emotiva, plantea interrogantes sobre la preparación necesaria para asumir cargos públicos de gran responsabilidad.
TAMBIÉN en Nuevo León, pero en el municipio de Pesqueira, su máxima autoridad Patricio Lozano Ramos, un joven de 25 años impuesto por su padre como alcalde, ha enfrentado críticas por su falta de experiencia y por problemas en las finanzas públicas. Su respuesta, lejos de tranquilizar a los críticos, revela la necesidad de una formación sólida para aquellos que lideran comunidades: Soy un joven de 25 años. Está es mi primera experiencia en la política y la función pública ¿Y saben qué? ¡Es un PINCHE MUGRERO!
LA MALA experiencia se sufre en todo el país, en Quintana Roo el Partido Verde Ecologista ha sido un semillero de jóvenes ambiciosos en busca de poder y dinero, a menudo sin la experiencia adecuada o hasta con antecedentes delictivos. Nombres sobran pero entre los vigentes destaca el ex líder estatal del partido del tucán y actual secretario del Bienestar, Pablo Bustamante Beltrán, quien apoyado por su padrino político Jorge Emilio González Martínez, ‘Niño Verde’, goza de impunidad para no enfrentar la justicia por sus antecedente como participante en la red de despojos de departamentos de lujo en Cancún. Aun así, se siente merecedor de la candidatura a la presidencia municipal de Benito Juárez.
A TRAVÉS de los siglos, los estadistas mundiales solían decir que la política es, al mismo tiempo, una ciencia y un arte. Ciencia en cuanto implica el conocimiento y estudio sistemático de los fenómenos del estado y de las asociaciones políticas anteriores o coetáneas a él; y arte, en la medida en que envuelve una técnica del manejo de los asuntos estatales, a fin de controlar y conciliar los intereses diversos y con frecuencia contrapuestos que bullen dentro de la sociedad. Todo ello ha sido sustituido por perfiles de jóvenes adictos a la riqueza pronta y la cosmética.
ESTO plantea cuestionamientos sobre la idoneidad de algunos candidatos y la importancia de evaluar a fondo las credenciales de quienes buscan cargos públicos. Conclusión: mientras la política mexicana experimenta un cambio generacional, es esencial equilibrar la juventud y la experiencia. La inexperiencia puede llevar a desafíos significativos en la gestión pública, pero también puede abrir la puerta a nuevas perspectivas y enfoques. La clave está en encontrar un equilibrio que permita a México avanzar de manera efectiva en este nuevo contexto político.
