NIDO DE VÍBORAS

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Por KUKULKÁN

NO HAY TÍTERES con poder, respondió el presidente Andrés Manuel López Obrador con la habilidad política que lo caracteriza cuando en la mañanera de este miércoles una reportera le pidió su opinión sobre la declaración de la candidata presidencial opositora Xóchitl Gálvez, en el sentido de que la contrincante Claudia Sheinbaum sólo será su títere. En su defensa, el mandatario mexicano citó ejemplos de la historia contemporánea donde esa regla se rompió y en algunos casos trajo consecuencias lamentables, con episodios de sangre como desenlace.

EJEMPLO: en 1994 el candidato presidencial por el PRI, Luis Donaldo Colosio se reveló al entonces presidente Carlos Salinas con un discurso con el que prácticamente pintaba su raya con el ‘Jefe Máximo’ y por lo cual se presume fue asesinado al negarse a ser un títere del maximato que pretendía instaurar el salinato. Como relevo, Salinas optó por otro colaborador cercano, Ernesto Zedillo, aparentemente más leal y obediente, pero quien a la primera de cambio nos sólo se cortó el cordón umbilical y obligó a su predecesor a refugiarse en el extranjero de un forzado autoexilio, sino que puso tras las rejas a su hermano Raúl, acusado de otro asesinato, el de José Francisco Ruiz Massieu el mismo año.

EL PODER de influencia de Salinas regresó con el ‘gobierno del cambio’ encabezado por el primer presidente opositor, el panista Vicente Fox quien prometió combatir la corrupción, aplastando a las víboras prietas y tepocatas, pero no sólo liberó a Raúl después de 10 años de litigio como responsable de una diversidad de delitos, sino que lo absolvió por el de lavado de dinero y ordenó devolverle propiedades y cuentas bancarias con un valor de 224 millones de pesos. Continuó con el gobierno del también panista Felipe Calderón y encontró su punto de quiebre con el regreso del PRI a la presidencia de México en 2012, con Enrique Peña Nieto.

CONTRA el mexiquense, Salinas echó andar la caballería por negarse a ser su títere y no apoyar al panista Ricardo Anaya para competir en alianza PAN y PRI las presidenciales de 2018. Pero Peña Nieto desafió la propuesta, optó por José Antonio Meade y eso le costó que el candidato blanquiazul, como estrategia de campaña, ofreciera meterlo a la cárcel una vez concluido su mandato. Ante la amenaza, el último presidente priista prefirió negociar y entregar el poder al mejor enemigo de Salinas: López Obrador quien ahora niega ser el titiritero de Sheinbaum.

A NIVEL estatal también se han dado casos de rebeldía que le ha costado la carrera política a algunos aspirantes a la gubernatura, como fue el caso concreto del joven priista José Luis Toledo Medina, candidato de Roberto Borge, quien llegó a revelar que finalmente no fue electo porque se negó a firmar un acuerdo con Jorge Emilio González, Niño Verde, que expresamente lo condicionaba a asumir la figura institucional de gobernador de Quintana Roo y el líder moral del Partido Verde sería el poder detrás del trono.

ERRONEAMENTE también se ha especulado que la actual gobernadora Mara Lezama Espinosa es un títere del ex gobernador Carlos Joaquín, porque sin objeción le entregó el gobierno del estado. Pero hay otras versiones que señalan al ‘Niño Verde’ como el titiritero. Sin embargo, Mara supo construir su propio poder cultivando una excelente relación con el presidente lo que le ha permitido sacudirse todos estos rumores y mostrar que brilla con luz propia. No es de las que se deja amedrentar, amenazar ni manejar y, en todo caso, su único ‘Jefe’ es el mandatario federal por razón de jerarquía institucional.

@Nido_DeViboras