NIDO DE VÍBORAS

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Por KUKULKÁN

EN UN VIAJE a través del tiempo, es imposible no destacar el papel fundamental de Andrés Manuel López Obrador (AMLO) en el cambio político y social de México, culminando en su victoria presidencial en 2018. Después de dos intentos fallidos, su triunfo no sólo representó una victoria personal, sino también el inicio de una nueva era para el sureste mexicano, especialmente para Quintana Roo, una región que durante décadas parecía olvidada por los poderes centralistas.

DESDE su juventud, AMLO forjó una conexión especial con Quintana Roo. Sus frecuentes visitas a las playas del Caribe mexicano desde Tabasco, su estado natal, le permitieron desarrollar un aprecio único por la región. Esta relación de larga data se reflejó en su lema ‘amor con amor se paga’, evidenciando su compromiso con el estado que lo apoyó abrumadoramente en las elecciones presidenciales de 2006 y 2012, a pesar de los resultados oficiales que en ambas ocasiones le fueron adversos.

LA FIGURA de AMLO ha sido una constante en la política mexicana, caracterizada por su incansable lucha contra la corrupción y su visión de un país más equitativo. Su ascenso a la presidencia en 2018 marcó el comienzo de un esfuerzo concentrado para impulsar el desarrollo en el sureste, reconociendo su potencial económico y cultural. Uno de los proyectos más ambiciosos y controversiales de su administración ha sido el Tren Maya, diseñado para revitalizar la economía local y promover el turismo en la región. A pesar de las críticas y preocupaciones ambientales, AMLO ha defendido vigorosamente el proyecto, argumentando que se han tomado medidas para proteger el medio ambiente y los sitios arqueológicos, y criticando a los ‘pseudoambientalistas’ por lo que él considera una oposición infundada y motivada por intereses personales.

LA INAUGURACIÓN del tramo Cancún-Playa del Carmen del Tren Maya, este jueves 29 de febrero, simboliza no sólo un logro en infraestructura, sino también la promesa de AMLO de un sur más conectado y próspero. Este proyecto es testamento de su visión de un México donde el sureste juega un papel crucial en el desarrollo nacional. La defensa de AMLO sobre el Tren Maya y su rechazo a las acusaciones de daño ambiental subrayan su enfoque en proyectos de gran escala para transformar la región. A pesar de las controversias, su administración insiste en que se están tomando todas las precauciones necesarias para preservar la riqueza natural y cultural del sureste.

LA RELACIÓN de AMLO con Quintana Roo y el sureste de México es una narrativa de perseverancia, visión de futuro y un compromiso inquebrantable con el desarrollo regional. A medida que se aproxima el final de su mandato, queda claro que su legado será juzgado tanto por sus políticas y proyectos como por su capacidad para equilibrar el crecimiento económico con la preservación ambiental y cultural. En esta historia de amor recíproco entre un líder y una región, el futuro de Quintana Roo y el sureste de México parece más que promisoria, pero habrá que ver si su virtual sustituta, Claudia Sheinbaum Pardo le seguirá dando el mismo amor pues su visión es impulsar el desarrollo también en otras zonas del país porque considera que las diversas obras de infraestructura que se desarrollaron en el último trienio en el estado.

@Nido_DeViboras