Por KUKULKÁN
AH, LA ‘GRAN BATALLA’ del PAN en Quintana Roo, esa tragicomedia electoral que promete más giros que una telenovela barata. Nos referimos, por supuesto, al circo montado en el municipio de Solidaridad, donde la actual alcaldesa, Lili Campos Miranda, ha decidido que su mediana gestión merece un apartado ‘Bis’. Con el descaro de un charlatán, vende la ilusión de un buen trabajo, buscando refugio nuevamente bajo las alas del blanquiazul para reelegirse. Comparándose con su antecesora, Laura Beristain Navarrete —ese monumento al arribismo y la incompetencia—, Campos busca relucir por contraste.
PERO, ¿es suficiente el desplome de Beristain, quien en su ambición tropezó hasta caer del escenario político en 2021, para garantizarle la corona a Campos? Aquí se corre el telón: la diferencia de votos que llevó a Campos al trono fue tan mínima que apenas podría llamarse victoria. Además, con las elecciones nacionales en el horizonte, este juego de tronos promete ser más una votación en cadena a favor del poder en turno que una verdadera contienda.
ANTE tal escenario, el drama de Solidaridad se torna una lucha por mantener viva la llama del “joaquinismo”, liderado por el exgobernador Carlos Joaquín González, ahora embajador de México en Canadá. Lili Campos no busca servir; busca asegurar su boleto para la próxima carrera hacia la gubernatura en 2027, jugando sus cartas en un juego ya marcado por la inevitabilidad de la marea guinda. Dirigiendo las marionetas desde las sombras está Juan de la Luz Enríquez Kanfachi, el verdadero maestro de títeres del “joaquinismo”. Él fue quien realmente gobernó Quintana Roo mientras Joaquín se perdía en el ceremonial del corte de listones y los placeres faraónicos.
KANFACHI era y es quien hoy sigue moviendo los hilos, preparando el escenario para el próximo acto de este drama político. Y mientras su equipo de comunicación liderado por Felipe Ornelas, ese pistolero mediático, responsable de desplegar campañas de desprestigio contra Estefanía Mercado, candidata de Morena, parece olvidar que no hay mejor publicidad que la que es gratis, incluso si viene disfrazada de difamación. Mercado, con su carisma y frescura, ha sabido convertir estos ataques en un trampolín, sumando seguidores a su causa, y desmontando la estrategia de sus adversarios con la elegancia de quien sabe que la mejor defensa es una sonrisa deslumbrante.
EN EL FONDO, este melodrama joaquinista no es más que el reflejo de un Quintana Roo saqueado por sus propios hijos pródigos, con Cozumel como la cuna de los últimos tres gobernadores. A pesar de las promesas y la supuesta responsabilidad hacia su tierra, cayeron en las garras de la codicia, dejando a Cancún y sus joyas turísticas a merced de los ‘fuereños’ que apostaron sus inversiones. En esta temporada electoral, nos encontramos al borde de nuestros asientos, esperando ver cómo se desenreda este capítulo de la saga de Quintana Roo. Con Solidaridad en la balanza, la pregunta permanece: ¿Podrá Campos mantener su reino, o será simplemente otro nombre olvidado en la larga lista de gobernantes caídos? En el Nido de Víboras, nada es seguro, excepto el entretenimiento que nos provee esta telenovela política, donde se requerirán más votos que bótox.
