- La reestructuración asegura que cada sector de la Armada esté liderado por un Almirante especializado en su campo.
STAFF / LUCES DEL SIGLO
CIUDAD DE MÉXICO.- En un movimiento estratégico para reforzar la seguridad pública y la eficiencia operativa de la Armada de México, la Cámara de Diputados dio luz verde a un conjunto de reformas cruciales. Con una aprobación unánime de 442 votos, estas modificaciones prometen reorganizar la estructura de mando naval, garantizando una gestión más ágil y una respuesta más coordinada ante las amenazas a la seguridad nacional.
Estas reformas, ahora en manos del Senado de la República para su ratificación final, implican cambios significativos en la Ley Orgánica de la Armada de México. Se introducen ajustes en los artículos 5, 7, 35, 36 y 37, además de nuevas adiciones como los artículos 10 Bis, 10 Ter y 10 Quáter, que reflejan una evolución en la jerarquía de comando naval.
Una de las transformaciones más notables es la inclusión de las comandancias de Unidades de Superficie, de Aeronáutica Naval y de Infantería de Marina dentro de los mandos superiores en Jefe de las Fuerzas Navales. Esta reestructuración asegura que cada sector de la Armada esté liderado por un Almirante especializado en su campo, garantizando un manejo experto y dedicado de cada unidad.
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El papel del “Jefe de Operaciones Navales del Estado Mayor Naval Conjunto” como órgano asesor operativo del Alto Mando resalta la búsqueda de una mayor eficacia en la planificación y ejecución de operaciones navales. Este enfoque estratégico es fundamental para enfrentar los desafíos contemporáneos en seguridad marítima y defensa de las costas, ofreciendo una coordinación sin precedentes entre las diversas ramas de las fuerzas armadas y otras instituciones.
Los impulsores de esta iniciativa argumentan que la actualización de la ley es necesaria para reflejar una estructura de mando que se alinee mejor con las exigencias operacionales modernas.
Al alcanzar una unidad de mando reforzada, la Armada de México podrá ejecutar sus misiones con mayor precisión y eficacia, mejorando la seguridad de las costas y el espacio marítimo nacional. Este paso consolida el liderazgo y la eficiencia del personal naval a la vez que promete un marco más robusto para la protección de los intereses marítimos de México.
En última instancia, estas reformas representan un avance significativo hacia la modernización y fortalecimiento de la Armada de México. Al optimizar su estructura organizativa y de mando, se espera no solo mejorar la seguridad pública y marítima sino también reforzar la soberanía nacional en el ámbito marítimo. Los ojos de la nación ahora se vuelven hacia el Senado, anticipando la ratificación de estas reformas clave que marcarán el comienzo de una nueva era en la defensa y seguridad marítima de México.
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