NIDO DE VÍBORAS

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Por KUKULKÁN

EN EL EPISODIO más reciente del drama del Tren Maya, el proyecto se ha topado con otro obstáculo legal que en teoría debería poner pausa a la construcción del tramo de Playa del Carmen a Tulum. La justicia ha pedido que se presenten estudios que demuestren que construir aquí no va a dañar los frágiles sistemas de agua subterránea de la región. Resulta que un tribunal le enmendó la página al juzgado que previamente negó la suspensión definitiva a la megaobra de la 4T, con el fin de asegurarse de que su construcción no va a causar más mal que bien, exigiendo que la compañía detrás del proyecto, Fonatur, muestre con claridad cómo sus planes tomarán en cuenta la protección del agua y del suelo.

LA PREOCUPACIÓN principal es evitar que la construcción contamine el agua o dañe de alguna manera el entorno natural. Por ello el último fallo determinó revocar la negativa inicial del juez, dándole la razón a un grupo que lucha por proteger los cenotes y con lo cual obliga a Fonatur a abrir el telón y mostrar los estudios que hasta ahora ha guardado bajo llave. Además, ciertos requisitos que Fonatur supuestamente ya había cumplido para empezar la construcción están ahora bajo revisión, especialmente aquellos relacionados con el análisis del suelo kárstico, una característica única de la geografía regional que si se maneja mal podría llevar al colapso de tierra o contaminación de las aguas subterráneas.

ESTE GIRO en la trama es un recordatorio a la importancia de poner la protección del medio ambiente por delante de cualquier proyecto, guiados por el principio de “in dubio pro natura”, que básicamente significa que, ante la duda, es mejor errar en el lado de la precaución ambiental. Sin embargo, este nuevo capítulo añade más suspenso a la ya compleja historia del Tren Maya, mostrando el delicado balance entre progreso y conservación en nuestro país. La pregunta que nos deja este episodio es clara: ¿Lograremos encontrar un camino que nos permita avanzar sin comprometer la riqueza natural que define a Quintana Roo?

CON UN GUIÓN digno de un drama kafkiano, la justicia juega a las escondidas con la obra insignia de la Cuarta Transformación, en un juego donde parece que el respeto por el mandato legal es opcional. ¿Y qué papel juega Fonatur en esta obra? Ninguno menos que el del mago que, con un hábil movimiento de manos, intenta hacer desaparecer los estudios geológicos como si fueran un simple conejo en un sombrero. No obstante, el tribunal revisor, como un público escéptico, no se deja impresionar tan fácilmente y pide, con firmeza, un vistazo detrás del telón.

LOS DOCUMENTOS técnicos, esos elusivos protagonistas, prometen revelar si el Tren Maya es una maravilla de la ingeniería o un peligro rodante para los delicados sistemas de agua subterránea de Quintana Roo. ¿Contaminación del agua? ¿Afectación del suelo? “¡Que se haga la luz!”, claman desde los escaños de la justicia, esperando evitar que la seguridad operativa del tren sea una mera ilusión. Los aplausos son para la asociación civil Cenote Republic, que, en un giro inesperado, logró que se revoque una suspensión definitiva que previamente le había sido negada. La orden del día: exhibir los estudios geológicos, geohidrológicos y geofísicos que Fonatur guarda más celosamente que su estrategia de relaciones públicas.

PERO, ESPEREN, que hay más. La dirección general de Impacto y Riesgo Ambiental ha entrado en escena, asegurando que algunas condiciones ya se han cumplido, dando luz verde a la construcción. Aunque en los hechos sigue pendiente la entrega de estudios sobre el caprichoso paisaje kárstico, ese detalle ‘menor’ que podría ser la diferencia entre un proyecto eco amigable y un desastre ecológico. Este episodio del Tren Maya se suma a una saga de contenciones legales y ambientales durante los últimos tres años, convirtiéndose en un símbolo de la tensión entre progreso y conservación, entre la visión de un futuro conectado y el temor a perder lo que hace única a esta tierra. La pregunta queda flotando en el aire, tan palpable como el polvo en un camino kárstico: ¿Prevalecerá el sentido común o se desvanecerá como las promesas en campaña electoral?

@Nido_DeViboras