NIDO DE VÍBORAS

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Por KUKULKÁN

LA CAPITAL de Quintana Roo está frente a un nuevo amanecer con la reciente autorización de la Agencia Nacional de Aduanas para iniciar operaciones en el Recinto Fiscalizado Estratégico de Chetumal. No se trata sólo de una formalidad administrativa sino del preludio de una era prometedora para el sur de Quintana Roo. Durante décadas, esta región ha estado marginada del progreso económico y social que han disfrutado otras áreas del estado y del país. Hoy, sin embargo, parece que el destino de sus habitantes está a punto de cambiar radicalmente.

LA GOBERNADORA Mara Lezama Espinosa ha confirmado que, con el inicio de actividades en este recinto —el primero de su tipo en la Península de Yucatán— se abre un vasto campo de oportunidades económicas. Este nuevo régimen aduanero permitirá la entrada de mercancías extranjeras para su transformación y venta sin el pago inicial de impuestos, configurando un entorno altamente atractivo para inversionistas nacionales e internacionales.

SIN DUDA, una muy buena noticia para los habitantes de Chetumal y sus alrededores porque de prosperar como se espera, significa principalmente la creación de empleos y la posibilidad de un desarrollo económico sostenido. La región que ha sufrido de un estancamiento económico prolongado, puede ahora esperar una revitalización que traiga consigo mejoras en la calidad de vida y en la infraestructura local.

NO MENOS importante es el efecto que la zona libre, anunciada recientemente por el presidente Andrés Manuel López Obrador, tendrá sobre la economía local. La exención del 100 por ciento de los impuestos clave, el IVA y el ISR, complementa perfectamente las facilidades del Recinto Fiscalizado, creando un ecosistema económico que podría ser uno de los más competitivos de la región. Atrás parecen quedar las falsas promesas de administraciones pasadas.

SIN EMBARGO, mientras la perspectiva económica es indudablemente prometedora, es crucial que este desarrollo se maneje con una visión equitativa y sostenible. Los beneficios del crecimiento económico deben alcanzar a todas las capas de la sociedad, especialmente a aquellas que históricamente han sido menos favorecidas. La planificación del desarrollo debe incluir fuertes medidas de protección ambiental, preservación cultural y promoción de la equidad social.

MUY ALTAS son las expectativas y los desafíos no son menores. La infraestructura actual de Chetumal necesitará mejoras significativas para manejar el aumento esperado en la actividad económica. Además, será fundamental fomentar la educación y la capacitación de la fuerza laboral local para que los beneficios del desarrollo se traduzcan en un verdadero progreso social. El gobierno estatal y las autoridades locales, junto con la comunidad empresarial, tienen una responsabilidad compartida en este emprendimiento. Es vital que exista un diálogo constante entre todos para asegurar que el desarrollo no sólo sea sostenible, sino también inclusivo.

EN CONCLUSIÓN, la apertura del Recinto Fiscalizado Estratégico en Chetumal es una noticia que debe ser recibida con un optimismo cauteloso. Representa una oportunidad sin precedentes para transformar la economía del sur de Quintana Roo, pero también plantea desafíos significativos que requerirán un enfoque cuidadoso y considerado. Con la estrategia adecuada, Chetumal podría no sólo recuperar su brillo, sino también convertirse en un modelo de desarrollo económico y social ejemplo para otras regiones del país.

@Nido_DeViboras