NIDO DE VÍBORAS

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Por KUKULKÁN

PARA estos comicios del domingo 2 de junio, la vieja práctica del llamado “turismo electoral” en Quintana Roo —refinada por los gobiernos priistas para importar votantes desde Yucatán y Campeche con el fin de asegurar una victoria en las urnas— parece que esta ocasión quedará archivada en el anecdotario de los fraudes electorales del estado, no tanto por un gesto democrático del árbitro electoral como por sus errores de cálculo y logística.

EN EFECTO, el Instituto Nacional Electoral (INE) ha dispuesto instalar en Quintana Roo sólo 11 casillas especiales para aquellos turistas nacionales que, con suerte, alcancen a votar mientras disfrutan de sus vacaciones programadas ese día en el paraíso caribeño. El acertijo es saber si el árbitro electoral tomó realmente esta decisión para evitar el “acarreo electoral” o se trata más de una medida para complicar el sufragio de los viajeros. Después de todo, ¿quién tiene tiempo para votar cuando hay playas y piñas coladas esperándolos, no?

EL ENIGMA continúa cuando se contrasta el número de casillas especiales con las cifras turísticas recientes. Durante la semana del 11 al 17 de mayo, Quintana Roo registró un flujo monumental de turistas nacionales. Sólo en el Aeropuerto Internacional de Cancún, hubo 609 llegadas y 616 salidas en general, complementadas por los movimientos en los aeropuertos de Tulum, Chetumal y Cozumel. Ante este sorprendente flujo, las 11 mil boletas electorales disponibles para los turistas que vienen de todos los estados de la república parecen ser tan útiles como un paraguas en un huracán.

OTRO aspecto que suena más a una mala broma para muchos viajeros, es la ubicación que tendrán estas casillas especiales en municipios como Benito Juárez, Lázaro Cárdenas, Solidaridad y Tulum. Por ejemplo, en Cancún se dispondrá de apenas tres mil boletas para un océano de turistas que hace unas semanas llenaron tan sólo 32 mil 814 habitaciones de hoteles y 4 mil 379 rentas vacacionales. Valga la chusca analogía, pero es como tratar de apagar un incendio forestal con una manguera de jardín.

SUPONEMOS que los criterios de ubicación fueron sesudamente pensados por el INE, aunque en Isla Mujeres, municipio colindante a Benito Juárez, no habrá una sola casilla especial por lo que los turistas patriotas tendrán que cruzar en ferry para ir a votar a Cancún. Ello sin contar a quienes se hospeden en la zona continental de Costa Mujeres donde hace unas semanas se reportó una ocupación de casi siete mil cuartos. En Lázaro Cárdenas, con un millar de boletas especiales para la isla de Holbox, el escenario tampoco es alentador pues la ocupación hotelera y las rentas vacacionales superan cualquier previsión lógica.

LOS MUNICIPIOS de Cozumel y Puerto Morelos no escaparán del caos. Cada uno dispondrá de una casilla especial lo cual contrasta monumentalmente con las cifras de 3 mil 020 habitaciones y 602 rentas vacacionales ocupadas recientemente en el primer caso; mientras que en el segundo el número reportado fue de 4 mil 318 cuartos y 268 rentas particulares. Quizás lo que le faltó calcular al INE fue considerar la instalación de urnas flotantes en los barcos turísticos.

EL CASO de la Riviera Maya, que comprende Solidaridad y Tulum, dispondrá de una casilla especial por municipio. Con una ocupación en conjunto de 41 mil 917 cuartos y 8 mil 546 rentas vacacionales, votar en estos paraísos será una odisea. La estadística de Playa del Carmen, Akumal, Puerto Aventuras y Tulum evidencia la desconexión entre la realidad turística y la oferta electoral.

PERO si creíamos que esto era lo peor, en Felipe Carrillo Puerto, donde se encuentra la zona maya y Mahahual, una casilla especial servirá de poco a los turistas que ocupan las 236 habitaciones y 83 rentas vacacionales en la Costa Maya. Y la cabecera municipal, con sus tres inmuebles ocupados, no promete un mejor escenario. Bacalar, con su oferta de 1 mil 370 cuartos y 272 rentas vacacionales, y Chetumal, con 2 mil 220 habitaciones y 97 rentas, enfrentarán un desbalance similar.

SIN DUDA, el 2 de junio será recordado no sólo por poner fin al turismo electoral, sino por la parodia en que se ha convertido el proceso de votación en Quintana Roo. Con más turistas que boletas, y casillas especiales que parecen colocadas al azar, este evento promete ser un carnaval democrático. Las autoridades del INE deberían replantear estrategias o, al menos, proporcionar sombreros y protectores solares a los turistas que decidan sacrificar un día de playa por un voto.

@Nido_DeViboras