Feminismos En Corto Sin Tanto Rollo

648

Mujeres políticas que le temen al feminismo

Haidé Serrano

<<La reacción antifeminista no ha sido desencadenada por la consecución de la plena igualdad por parte de las mujeres, sino por la posibilidad creciente de que pudieran lograrla>>. Susan Faludi

Llamarse feminista sigue generando temor en algunas mujeres que participan en la política. En este proceso electoral, el tema “mujeres” ocupó una buena parte de sus propuestas de campaña, pero no hicieron mención del feminismo ni se identificaron como feministas.

Estas mujeres políticas saben, así como sus equipos, que las exigencias centrales del feminismo adquieren más simpatía en la sociedad. Y cómo no, si las mujeres tienen cada vez más conciencia de la desigualdad en la que viven y la violencia de la que son víctimas todos los días. Además, porque somos el 52 por ciento del listado nominal de este 2024 y podemos decidir el rumbo de las elecciones.

Particularmente, en este proceso electoral, algunas mujeres candidatas enarbolaron demandas feministas y las pintaron del color de sus partidos, pero no hicieron referencia a sus orígenes. Es decir, no le dieron el crédito al feminismo. Es el llamado “purple washing”, que se refiere a la apropiación de las causas feministas para obtener un beneficio, en este caso, el voto este 2 de junio.

“El feminismo es un movimiento político, social, académico, económico y cultural, que busca crear conciencia y condiciones para transformar las relaciones sociales, lograr la igualdad entre las personas, y eliminar cualquier forma de discriminación o violencia contra las mujeres.” (Glosario para la igualdad/Inmujeres)

¿Por qué a algunas mujeres políticas, que hoy tienen espacios –y candidaturas– en la política gracias al feminismo, les asusta llamarse feministas?

Las razones pueden ser varias, sin embargo, el feminismo tiene en el patriarcado un adversario poderoso y vigente que permanentemente busca socavarlo. Y en los medios masivos de comunicación y las redes sociales, tiene grandes aliados para extender estigmas negativos contra las feministas.

El feminismo es la revolución pacífica más importante de las décadas recientes. Ha conseguido para la mitad de la población derechos humanos que le fueron negados durante cientos de años. Gracias a las feministas, hoy tenemos una sociedad menos injusta y más igualitaria.

En México, la cultura machista goza de muy buena salud. Esto queda de manifiesto cotidianamente con los índices alarmantes de violencia feminicida. Cada día mueren al menos 11 mujeres. Y, según el INEGI, al menos 8 de cada 10 mujeres han sido víctimas de violencia de género al menos una vez en sus vidas. Las creencias que sustentan la inferioridad de las mujeres y superioridad de los hombres están arraigadas y son confirmadas a través de los “usos y costumbres” de comunidades a lo largo y ancho del país.

“El término feminismo se ha estigmatizado, precisamente por falta de conocimiento claro del mismo y porque representa un movimiento contestatario, Habermas (1981) que pone en tela de juicio el sistema en su totalidad”. [Benítez y Vélez (2018)]

Hay estigmas que se repiten y abonan al desconocimiento confusión –es su intención– contra el feminismo. Algunos, por demás absurdos, pero que algunas personas repiten sin reflexión crítica, relacionados con las preferencias sexuales, aspecto físico, filiaciones políticas, entre muchos otros. Uno de los más graves y estúpidos es el calificativo “feminazi”, que equipara la lucha por la igualdad con el Holocausto.

Ser feminista es creer en la igualdad. Ser feminista es querer que se termine la violencia en contra de las niñas y las mujeres. Ser feminista es querer igual acceso de oportunidades económicas, políticas y sociales entre hombres y mujeres. Ser feminista es querer que las mujeres gocen plenamente de sus derechos humanos.

Me gustaría pensar que las mujeres que participan en política se identifican al menos en lo central con el feminismo. Entonces, ¿por qué les asusta? Una respuesta simple es porque lo desconocen. Otra contestación es que no le temen porque son defensoras del orden patriarcal y antifeministas. Ocupan espacios logrados por el feminismo para proteger el status quo. Puede que promuevan los derechos para las mujeres, pero desde la comodidad, sin desagradar, sin generar conflicto. Que la batalla la den otras, que otras sean las que se arriesguen.

Las mujeres que ganen las elecciones este 2 de junio, así como los hombres y las demás personas, están obligadas a documentarse para incorporar la perspectiva de género a su quehacer como personas servidoras públicas. La ignorancia respecto del feminismo no es un pretexto ni una alternativa. Su falta de conocimiento tiene consecuencias en la vida de millones de niñas y mujeres en el país. Y tienen que tomar responsabilidad ¡ya!

@HaideSerrano es maestra en Género, Derecho y Proceso Penal y licenciada en Ciencias de la Comunicación. Dirige y conduce Feminismos en Corto sin Tanto Rollo, una plataforma sobre feminismo, perspectiva de género, igualdad, derechos humanos y paz. Es autora del libro “Mujeres líderes en la pandemia”. Columnista en Luces del Siglo y Milenio. Conductora de Luces del Siglo El Podcast. Consejera del Consejo Coordinador de Mujeres Empresarias de Quintana Roo.