- El empresario Carlos Ahumada regresó a México y quedó en libertad.
ABEL BARAJAS / AGENCIA REFORMA
CIUDAD DE MÉXICO.- Después de 17 años de haber abandonado la prisión y de pasar la mayor parte de esos años en Argentina, Carlos Ahumada regresó extraditado a México y en sus primeras horas en el país un juez local negó a la Fiscalía de la Ciudad de México encarcelarlo de nueva cuenta.
Volver a México ahora también significó su libertad, porque los 39 días previos estuvo preso en los separos de la Interpol en Buenos Aires, encierro que lo obligó a allanarse a la extradición, es decir, a renunciar a todo recurso legal con el propósito de apresurar su entrega.
El fundador de Grupo Quart arribó al Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México resguardado por dos agentes de la Interpol que lo acompañaron en el vuelo de Aeroméxico, procedente del Aeropuerto Internacional de Ezeiza, en Buenos Aires.
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Aunque viajó en un vuelo comercial, el sentenciado no salió a la sala de llegadas, porque los policías lo trasladaron por la pista de la terminal hasta el Hangar de la Fiscalía General de la República (FGR).
La extradición de Ahumada fue solicitada a Argentina para que termine de compurgar una condena de cinco años de prisión por fraudes a las alcaldías Gustavo A. Madero y Tláhuac, en un caso por el que también le impusieron pagar una reparación del daño de casi 30 millones de pesos.
De acuerdo con la Fiscalía capitalina, cuando el empresario se fue del país, sólo había cumplido con 3 años, un mes y 7 días de su castigo, razón por la que en 2019 se ordenó su reaprehensión.
“Dicha persona se sustrajo de la acción de la justicia y aún debe cumplir un año, 10 meses, 23 días de internamiento”, dijo la Fiscalía.
En el hangar, un médico legista le practicó una revisión a su estado de salud y, cumplido el trámite, la FGR lo puso a disposición de la Policía de Investigación (PDI) de la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México, autoridad que lo requirió en extradición.
Los agentes capitalinos, sin embargo, no pudieron reaprehender al extraditable y devolverlo a la prisión de la que salió hace 17 años.
La razón fue que, desde mayo pasado, la juez de Amparo, María del Carmen Sánchez Cisneros, concedió a Ahumada una suspensión provisional contra cualquier acto privativo de la libertad, una vez que llegara al país.
Ostos dijo en aquel momento que su cliente se dirigía a su domicilio, al sur de la ciudad, para descansar del largo viaje, pero al parecer hubo un cambio de planes en el camino porque el carro se dirigió rumbo al Reclusorio Norte.
El destino tenía una explicación, la vigencia de la suspensión provisional que lo protege de la recaptura, pues estaba condicionada a que compareciera en un plazo de tres días ante el juzgador que es responsable de hacerle cumplir su condena.
Ahumada no esperó a que avanzara el plazo y se presentó ante Rubén Godínez Cerón, juez de Ejecución de Sanciones Penales Número 2 del Reclusorio Norte, quien atendió al extraditable.
Fue durante esta comparecencia cuando la Fiscalía capitalina pidió que fuera encarcelado, para que pagara el resto de su condena en prisión, pero el juez rechazó la solicitud, al considerar que estaba vigente la suspensión que prohíbe privarlo de su libertad.
Su defensa pidió por escrito al juez Godínez Cerón convocar a una audiencia para resolver la cancelación de la condena que le resta por cumplir, bajo la consideración de que el delito ha prescrito, es decir, que ya concluyó el plazo que tenía la Fiscalía para perseguirlo.
El juez dio un plazo de cinco días al gobierno capitalino y la Fiscalía para que contesten la petición de Ahumada y ofrezcan pruebas para debatirlas en audiencia. De no hacerlo, el juzgador resolverá por escrito.
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