NIDO DE VÍBORAS

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Por KUKULKÁN

EN POLÍTICA, siempre hay quienes prefieren el statu quo, aferrados a las viejas prácticas de gobernar desde un despacho, alimentando la nostalgia de tiempos en los que el poder residía casi exclusivamente en la capital del estado. Sin embargo, es claro que los tiempos han cambiado, y aquellos que critican a la gobernadora Mara Lezama por sus constantes viajes a la Ciudad de México parecen haberse quedado rezagados en una realidad que ya no existe.

ESTARÍA de risa comparar los logros de Mara Lezama con los de sus antecesores, pero basta hacerlo con Carlos Joaquín, quien prometió gobernar cerca de los chetumaleños, pero terminó siendo más una sombra que una presencia activa, es un error que sus detractores cometen con preocupante frecuencia. Joaquín, recordado como “el gobernador ausente”, dejó en manos de Juan de la Luz Enríquez Kanfachi la verdadera toma de decisiones, mientras él se mantenía al margen, inaugurando eventos y cortando listones. Al final de su mandato, sólo endeudó más al estado y no hay una sola obra por la que se le reconozca.

EN CONTRASTE, cada viaje de Lezama a la capital del país ha rendido frutos palpables para Quintana Roo. No es casualidad que, bajo su gestión, proyectos largamente acariciados como el aeropuerto de Tulum y el puente vehicular sobre la Laguna Nichupté, finalmente se hicieran realidad. No, estos no son frutos de la casualidad, sino del trabajo constante y la capacidad de negociación de una gobernadora que, lejos de ser una turista en la Ciudad de México, se ha convertido en la aliada clave para los grandes proyectos de infraestructura que transformarán el sureste del país.

MIENTRAS sus críticos siguen anclados en la nostalgia de gobernadores que “echaban raíces” en Chetumal sin mayores resultados, Mara Lezama ha demostrado que lo importante no es dónde se gobierna, sino cómo y para quién se gobierna. En cada reunión con integrantes del gabinete de López Obrador, la gobernadora no solo busca ampliar recursos para programas sociales o de salud, sino que está cimentando las bases para un desarrollo económico y social que supere, con creces, las limitaciones de sus antecesores.

Y ES QUE, en su breve, pero intensa carrera política, Mara ha logrado lo que muchos de sus críticos jamás pudieron: llevar bienestar real a las clases más vulnerables de Quintana Roo. Ha sabido enfrentar con determinación los conflictos heredados, como el aumento de impuestos al sector hotelero, y ha comenzado a poner orden en sectores históricamente indomables como el de los transportistas. Es claro que Mara Lezama no sólo ha superado a sus predecesores en la solución de conflictos y la ejecución de proyectos, sino que lo ha hecho con una visión a largo plazo que sus detractores, cegados por su nostalgia, no logran ver.

ASÍ QUE, mientras algunos se quedan atrapados en el pasado, la gobernadora sigue avanzando, siempre un paso por delante, demostrando que, en la política, no se trata de dónde se está, sino de hacia dónde se va. Además, los resultados de su gestión se han reflejado tanto en infraestructura como en la paz social que ha logrado construir en un estado marcado por la diversidad de intereses. Mientras otros gobernadores se dedicaron a gobernar desde una burbuja, Mara ha demostrado ser una líder presente y cercana, capaz de gestionar acuerdos con sectores que históricamente han sido difíciles de manejar. Esto, por supuesto, no es algo que sus críticos quieran admitir, pero la realidad es innegable.

@Nido_DeViboras