- Con la responsabilidad de revertir el rezago que les dejó la Segunda Legislatura, pero con todos los plazos constitucionales vencidos, la Tercera Legislatura arrancó.
EDUARDO CEDILLO / AGENCIA REFORMA
CIUDAD DE MÉXICO.- Con la responsabilidad de revertir el rezago que les dejó la Segunda Legislatura, pero con todos los plazos constitucionales vencidos, la Tercera Legislatura arrancó.
La Constitución de 2017 no sólo representó un cambio de nombre, sino una actualización y modificación de todo el marco jurídico de la Ciudad de México; una responsabilidad tanto de la Administración central como del Congreso local.
El Congreso fue el principal responsable, al ser el órgano encargado de la expedición y modificación de leyes.
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En vez de abocarse a su tarea constitucional, la Primera Legislatura abandonó los pendientes y, en vez de apurar para la expedición de legislaciones secundarias, decidieron ampliar el plazo y heredarlo a la Segunda.
“En las materias de su competencia, el Congreso deberá adecuar la totalidad del orden jurídico de la Ciudad de México a esta Constitución, a más tardar el 31 de diciembre de 2020”, definía el transitorio original.
El plazo se amplió hasta el 31 de agosto del 2024.
La Segunda mantuvo la falta de productividad y hasta febrero de este año se sumaban 32 rezagos constitucionales.
Uno de ellos fue resarcido por el Jefe de Gobierno, Martí Batres: la Ley de Bienestar y, además, propuso una legislación en materia ambiental no considerada obligación constitucional.
Al momento, suman al menos 31 pendientes en la legislación secundaria en materia constitucional original, más los derechos que se han inscrito, pero no garantizado, como el acceso a Comedores Públicos.
Arturo Méndez, abogado en materia constitucional, apuntó que las dos legislaturas han quedado a deber y que el rezago complica la consolidación de la Ciudad de México, como lo considera la Constitución.
“La modificación que ordena la constitución en el artículo transitorio va más allá de cambiar el distrito federal por Ciudad de México. Se refiere a armonizar todas las leyes secundarias para hacer efectivos todos los derechos que reconoce la Constitución”, explicó.
Además, recordó que la Constitución es la Carta Magna que enuncia derechos para los capitalinos, pero es a través de las legislaciones secundarias que estos se vuelven exigibles.
“Su intención es dar las herramientas a los ciudadanos para poderlos solicitar o ejercer y a las autoridades el aplicar las obligaciones de manera más específica, comparado con lo que establece la Constitución”, explicó.
Entre los pendientes fundamentales no garantizados por el Congreso en seis años está la Ley de Ordenamiento Territorial, la división territorial de las alcaldías, el Sistema de Cuidados y la Ley para Trabajadores no Asalariados.
En todos estos casos hubo iniciativas para la creación de las legislaciones; sin embargo, la falta de acuerdos y su no priorización evitó su promulgación.
En tanto, la ex diputada Gabriela Salido lamentó la baja productividad de sus ex compañeros y expuso que la nueva Legislatura tendrá la responsabilidad de lograr la consolidación de la CDMX.
“Por desgracia, tampoco vimos intención de trabajar en ellos, vimos intención de trabajar en temas coyunturales, en temas que responden a una agenda política de un grupo parlamentario en particular. No estamos viendo que la agenda de la Ciudad se imponga ante la coyuntura”, dijo.
Con el arranque de hoy comienza la cuenta regresiva de tres años para mostrar resultados y conocer si los nuevos legisladores avanzan en los pendientes, comenzando con la actualización del plazo para las nuevas leyes secundarias.
“Pareciera ser que este planteamiento que tuvieron los constituyentes estuvo siempre en segundo término. Eso sí lo creo, debería de ser el objetivo central de la Tercera Legislatura”, finalizó Salido.
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