NIDO DE VÍBORAS

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Por KUKULKÁN

PARECE que hay dolidos o sensibilidades tras nuevos cargos en Quintana Roo. El caso más reciente es el de Edgar Ramírez Morales, quien hasta antier, era el representante de Rosa Icela Rodríguez, Secretaria de Seguridad Ciudadana del Gobierno Federal, y próximamente la Secretaria de Gobernación con la Doctora Claudia Sheinbaum, el flamante nuevo Fiscal Anticorrupción, quien no lleva ni 24 horas en el cargo y como no le encuentran por donde pegar, o como dirían por ahí, el prietito en el arroz, se lo quieren acomodar verde, y es que a falta de puntos débiles, hay quien erróneamente dice que tiene cercanía con el Partido Verde. Claro, “suposiciones”, porque es todo lo contrario, el joven que llegó desde el 2019 ya traía su recorrido pero en la Ciudad de México, donde al salir de la UNAM, se internó en el servicio público en el gobierno de la Ciudad de México, trabajó con piezas ilustres del movimiento transformador que hoy están al frente del gobierno federal en diversas esferas, o sea que si bien NO está adentrado en la política, si se tuviera que decir quiénes son sus amigos, pues tiene más amigos MORENOS bien parados en CDMX que muchos. Quién es Ramírez Morales, un joven de 33 años que, más allá de las conspiraciones, tiene una trayectoria bastante sólida, respetable y creciente.

LO QUE TENEMOS aquí es una figura fresca que llega para darle un aire nuevo a la Fiscalía Anticorrupción del estado, un puesto que antes ocupaba Rosaura Villanueva Arzápalo, una mujer que, seamos honestos, estuvo más atada de pies y manos que con la posibilidad de hacer algo significativo.

EDGAR Ramírez Morales llegue con un historial impecable en temas de transparencia y seguridad, logró consensos entre los 13 integrantes de la Coordinación de Construcción de Paz en Quintana Roo, coordinó las mesas de seguridad de los 11 municipios, ha supervisado operativos con apego a los derechos humanos y tiene experiencia implementando mecanismos de control interno para evitar irregularidades. Eso, para ellos, es irrelevante.

AHORA, si Ramírez Morales está aquí para limpiar el desorden que dejaron personajes intocables como Molina o Carrillo, pues eso es un misterio que sólo el tiempo revelará. Lo que es innegable es que está tomando las riendas de una fiscalía que, hasta ahora, no ha tenido los dientes necesarios para enfrentar a los tiburones que nadaron en las aguas profundas de la corrupción quintanarroense.

ASÍ que ahí los dejamos, con sus predicciones apocalípticas y su paranoia de “todo es un complot”. Mientras tanto, esperemos que Ramírez Morales logre lo que Villanueva no pudo: sacar a relucir los trapos sucios que la política quintanarroense se ha encargado de esconder bajo la alfombra. ¡Suerte con eso, Edgar! Vas a necesitarla.

@Nido_DeViboras