- Andrés Manuel López Obrador develó este lunes el retrato que dejará en la Galería de los Presidentes de Palacio Nacional.
CLAUDIA GUERRERO / AGENCIA REFORMA
CIUDAD DE MÉXICO.- Andrés Manuel López Obrador develó este lunes el retrato que dejará en la Galería de los Presidentes de Palacio Nacional.
Se trata de una pintura al óleo, realizada sobre un lienzo de lino importado desde Bélgica y que tuvo un costo de 696 mil pesos.
La obra, elaborada por el pintor de origen yucateco Jorge Ermilio Espinosa Torres, será la primera en su tipo, debido a que ninguno de los mandatarios federales ha sido retratado “acompañado”.
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Durante la develación de su retrato, en la Galería de los Presidentes, en Palacio Nacional, el López Obrador agradeció a las artesanas oaxaqueñas que elaboraron el marco de cedro en el que fue montado el lienzo.
El presidente explicó que las únicas especificaciones que se pidieron al artista fueron que la pintura reflejara un Zócalo lleno y los detalles del Bastón de Mando que portó en la mano izquierda, adornado con listones del color de la bandera.
Además, relató, en la imagen se puede apreciar la Torre Latinoamericana, con la fecha del 15 de septiembre.
Desde que se realizó el estudio de mercado, en julio de este año, la Oficina de la Presidencia dejó en claro que la pintura debía incluir al jefe del Ejecutivo frente al balcón central de Palacio Nacional, portando un bastón de mando y con un Zócalo a su espalda, pero con gente.
“La escena deberá desarrollarse en el balcón central de Palacio Nacional, con la Plaza de la Constitución de fondo, en la que se observa un sin número de personas representadas, sin definición de identidades, haciéndose patentes como grupo”, refiere el documento público.
“El retrato deberá incorporar, con singular énfasis, la importancia del ‘Bastón de Mando’, como símbolo del compromiso adquirido por el presidente con las comunidades indígenas y pueblos autóctonos, como la responsabilidad que estos pusieron en él al reconocerlo como su gobernante.
“A lo anterior deberá incorporarse la idea simbólica de que el presidente se encuentre acompañado de la gente de México”.
En las especificaciones para llevar a cabo el retrato —de 1.35 metros de ancho, por 2.25 metros de largo y 4 centímetros de canto— se estableció que la figura del presidente debía ser protagónica, “pero rodeada de elementos de valor simbólico”.
El gobierno federal también detalló que la obra debía representar “la esencia del presidente, desde el punto de vista del artista y no solo la apariencia externa”.
Según los documentos, el pintor trabajó de manera presencial en la obra y lo hizo sin ayudantes.
“Para la realización del retrato debe utilizarse un lienzo de lino importado de Bélgica, impreso y montado sobre un bastidor de madera de cedro”, se indica.
Para la realización se requirieron óleos y materiales de las marcas Windsor, a Newton, Gamblin, Williamsburg Handmade, Old Holland y Rembrandt, por considerar que garantizarían “el mejor resultado de la obra pictórica”.
Aunque López Obrador se negó a realizar una foto oficial, como la que se acostumbraba en sexenios anteriores, sí cumplirá con la tradición de dejar su retrato en Palacio Nacional.
“A fin de engrandecer el patrimonio nacional, a través de la obra pictórica de cada presidente que el pueblo mexicano ha elegido como su gobernante y con el objeto de darle continuidad a estas acciones, se requiere contratar los servicios de un artista que desarrolla el retrato.
“(Con él) se aportará un testimonio único y excepcional de una tradición cultural, además de ser un reflejo artístico e histórico de su época”, argumentó Presidencia.
La obra fue adjudicada a finales de julio y tuvo como fecha límite de entrega el 1 de septiembre. El día 10 de este mes se confirmó que la obra había sido recibida y ya se encontraba en Palacio Nacional.
Por otro lado, López Obrador se negó a que una estatua suya fuera instalada en el Complejo Cultural Los Pinos, donde sus antecesores sí cuentan con una efigie.
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