- El Gobierno capitalino anunció en agosto la rehabilitación de la Glorieta de Insurgentes, un espacio que se convirtió en un foco de inseguridad.
SELENE VELASCO / AGENCIA REFORMA
CIUDAD DE MÉXICO.- El Gobierno capitalino anunció en agosto la rehabilitación de la Glorieta de Insurgentes, un espacio que se convirtió en un foco de inseguridad, riesgo sanitario y del ambulantaje. Ayer, el espacio fue reinaugurado… a medias.
Después de que REFORMA evidenció en julio las condiciones bajo las que se encontraba, autoridades realizaron un operativo y cercaron el lugar.
La promesa fue que antes de que concluyera el sexenio sería entregada limpia y despejada, sin ambulantaje, sin grafitis, con más luminarias y con un módulo de Policía Turística, un biciciestacionamiento para 96 vehículos y un laboratorio de derechos humanos, además de espacios culturales.
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Sin embargo esto no se cumplió y, pese a ello, ayer se realizó un acto protocolario para celebrar los trabajos.
El módulo policial fue ocupado por una docena de uniformados, pero sólo para fotografiarse y brindar orientación durante unas horas.
El lugar no contaba con equipo para operar y, según autoridades, podría ser habilitado por completo hasta el fin de semana.
Mientras que el biciestacionamiento, el cual fue presumido en un video por el Secretario de Movilidad, Andrés Lajous, aún se encontraba cerrado al público.
El laboratorio de derechos humanos tampoco estaba equipado ni había personal.
En sus discursos el Secretario de Gobierno, Ricardo Ruiz y el Jefe de Gobierno, Martí Batres, no hablaron de pendientes.
Letreros escritos a mano anunciaban la inauguración de la “primera etapa” de rehabilitación.
Pese a los faltantes, para usuarios es positivo el rescate. Aunque el gran pendiente, coincidieron, es la reapertura de la estación del Metro.
“Está pendiente la estación de la turística que va a haber, veo que está el cascarón, pero falta todo el equipo, la estación de bicicletas, ahora sí que abran el Metro y, ya abriendo el Metro, se va a poblar más este lugar, siendo turístico”, dijo Paz Ortega, trabajadora de la zona.
Pese a que funcionarios presumieron el retiro del comercio ambulante, vendedores se reubicaron a unos pasos, en la Calle Génova y adelantaron que su intención es ocupar la Glorieta.
“Yo estoy viendo si me quedo, muchos sí se van a regresar”, comentó un vendedor.
Para Ortega, sería necesario reordenarlos, ante riesgos de protección civil por la obstrucción de paso peatonal y altercados por pisar mercancías en el suelo.
“Ya está mejor y esperemos que con la estación de Policía ya tenga mayor vigilancia, inclusive (está) muy limpia ya. Yo creo que el comercio lo agarraron de pretexto para la delincuencia, ya en la noche ya había muchos robos la verdad, asaltos ya había mucho, y con ese pretexto de vender algo, se empezó a hacer y hacer peor”, contó.
Esther Becerril, quien suele ir de paseo con sus hijos, aplaudió la intervención.
“Era una zona se empezaba a ver ya un poquito más mal, se empezaba a ver una zona olvidada y ahorita está volviendo a tener vida”, expuso.
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