- El alto número de feminicidios en Nuevo León es un indicador de que acciones y políticas públicas contra la violencia de género aún están pendientes de ser implementadas.
REGINA VEGA / AGENCIA REFORMA
MONTERREY, NL.- El alto número de feminicidios en Nuevo León es un indicador de que acciones y políticas públicas contra la violencia de género aún están pendientes de ser implementadas, coincidieron ayer especialistas.
Pese a que la Ley de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia lo establece, en el estado aún no existe un Programa Estatal para Prevenir, Atender, Sancionar y Erradicar la Violencia contra las Mujeres (PASE) que prevea protocolos homologados entre autoridades municipales y estatales para atender a las víctimas.
Al no existir, señalaron las especialistas, es difícil conocer los resultados reales de los diferentes programas que atienden la violencia contra las mujeres o, incluso, cuántas de ellas ya habían pedido ayuda a las autoridades antes de ser asesinadas.
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Irma Alma Ochoa, de Arthemisas por la Equidad, consideró que existe un grave problema a nivel institucional que impide atender este tipo de violencia.
“A 36 meses de haber tomado protesta el actual Gobernador (Samuel García), todavía no tenemos un programa PASE… (las autoridades) están dando traspiés”, afirmó.
“Si no tenemos el programa… no tenemos las medidas de prevención”.
Ayer se publicó que, según el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad, Nuevo León se ubica en el primer lugar nacional en el número absoluto de asesinatos contra mujeres tipificados como feminicidios.
De enero a agosto de este año, en tasa de feminicidios por cada 100 mil mujeres, Nuevo León se coloca en el tercer lugar a nivel nacional junto con Chihuahua, ambos con una tasa de 1.5.
Con ocho feminicidios en lo que va del año, el municipio de García es el que tiene el mayor número de casos en el estado. Se ubicó en el quinto lugar a nivel nacional.
Alicia Leal, de Alternativas Pacíficas, señaló que han quedado pendientes reformas a la Ley de Acceso para un programa homologado en el que participen todos los sectores de la sociedad, y un presupuesto asignado que garantice su operación.
“Es una falta de inversión por parte del Estado y acciones muy puntuales para ver los resultados de ese dinero que se está invirtiendo”, consideró.
“Si lo que vemos es una alza de feminicidios, es un indicador claro de que algo no se está haciendo bien”.
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