- El migrante relata que pagó el equivalente a 160 mil pesos por el viaje que lo llevaría desde su país en India hasta Estados Unidos.
MARIANA MORALES / AGENCIA REFORMA
TAPACHULA, CHIS.- Con tres heridas de bala, una en el abdomen y dos en la entrepierna, Chandra un migrante nepalí casi muere en el presunto enfrentamiento entre militares y una banda de ‘polleros’ de migrantes en esta entidad, cuando transitaban en una camioneta por Chiapas.
Este migrante relata que pagó el equivalente a 160 mil pesos por el viaje que lo llevaría desde su país en India hasta Estados Unidos, pasando por México y que casi le cuesta la vida.
A seis días de haber salido del hospital, Chandra (nombre ficticio para mantener el anonimato) contó que iba hacinado con más extranjeros cuando se inició la balacera que duró calcula 30 segundos y que cesó hasta que el vehículo en el que viajaban se detuvo.
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La promesa inicial por el pago de 8,000 dólares era llevarlo hasta Estados Unidos desde Nepal. Al entrar a México sería llevado de manera directa hasta la Ciudad de México.
“Este precio incluía todos los viajes desde mi país hasta Estados Unidos”, asegura a través de un traductor.
A 14 mil 177 kilómetros de su tierra, enclavada en el continente asiático, ahora se encuentra “hospedado” en un hotel de esta ciudad fronteriza, donde Chandra está bajo “resguardo” de las autoridades de la Fiscalía General de la República (FGR), por haber estado involucrado en el enfrentamiento que tuvo como saldo seis migrantes muertos y 10 lesionados.
La tragedia que truncó su viaje ocurrió el 1 de octubre pasado cuando en la vía Huixtla-Villa Comaltitlán tres vehículos repletos de polleros y migrantes fueron atacados por soldados.
La versión de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) fue que dispararon en respuesta a que desde uno de los vehículos les dispararon primero.
Chandra ahora viste con ropa nueva: una camisa color clara, un short de tela tipo bermuda, chanclas de baño, una gorra morada y una mochila negra, en la que lleva medicamentos para sus heridas.
Él mismo compró esas prendas cuando salió del hospital, en el municipio Huixtla, porque su ropa estaba sucia y olía mal, llamó por teléfono a sus familiares para que le enviaran dinero y así comprarse ropa nueva.
Cuenta que antes de que las autoridades ministeriales federales lo hospedaran en un hotel, había pasado un día en un albergue de esta ciudad.
“El nepalí fue al banco a cobrar el dinero que le enviaron sus parientes, se compró ropa nueva y lo vi que estaba feliz, creo que con eso superó el duelo de lo que le pasó”, dijo un conocido de él, también migrante, que se quedó en el albergue.
Este sobreviviente narró que al principio del viaje eran dos vehículos con migrantes hacinados. “No sabemos quién exactamente disparó primero”, pero él (Chandra) quedó con las tres heridas y ahora sobre su cadera lleva una bolsa que drena su orina, concluyó.
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