- La conectividad de fibra óptica vendrá de Florida, EU, tocará Cancún y pasará por países de Centroamérica y el Caribe.
MARCO ANTONIO BARRERA
CANCÚN, Q. ROO.- Con una inversión de 19.6 millones de pesos se pretende conectar a Cancún a un proyecto de infraestructura de fibra óptica de última generación que recorrerá más de 7 mil kilómetros de aguas marinas desde la Florida hasta América Central.
El proyecto denominado “Trans Americas Fiber System México” plantea un tendido marino de cuatro cables con un diámetro conjunto que no rebasa los 30 centímetros, cuya ruta se pretende desviar hacia el Mar Caribe.
El recorrido partirá de Vero Beach en Florida con destino final en las Islas Vírgenes de los Estados Unidos, y a su paso por el Océano Atlántico llegará a Costa Rica, Panamá, Colombia, República Dominicana, Puerto Rico, Guatemala, Honduras y se pretende hasta Cancún.
La colocación del tendido se plantea sobre 99.9 kilómetros (km) de mar integrado por 40.02 km del tipo territorial, 35.03 km de zona económica exclusiva y 24.04 km en zona continua.
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Contempla bordear el territorio de Isla Mujeres y tocar tierra en la Playa del Niño, cuyo arenal se localiza en Puerto Juárez que está cercano a los puertos turísticos de pasajeros que unen a Cancún con Isla Mujeres.
La infraestructura digital busca satisfacer la creciente demanda de datos en la región “transamericana” (como se le conoce también al Continente de América).
El plan está detallado en la solicitud de Manifestación de Impacto Ambiental 23QR2024TD110 presentado ante la Dirección General de Impacto y Riesgo Ambiental de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales, el 6 de diciembre pasado.
La infraestructura digital se detalla como muy confiable, escalable y flexible para dotar de servicios de alta conectividad y baja latencia para operadores de telecomunicaciones, proveedores de contenido, gobiernos y usuarios de internet.
El trámite está a cargo de la empresa Trans Américas Fiber México, S.A. de C.V., en el que se plantea la menor afectación al lecho marino y las comunidades bióticas de la región.
La obra se justifica por la demanda creciente de telecomunicaciones en el mundo, y el crecimiento de las tecnologías de información y comunicaciones que demanda el avance tecnológico de aplicaciones que corren por internet.
Con el avance digital, se agrega, se ha detonado un aumento incesante de tráfico de telecomunicaciones y una demanda creciente de internet de alta velocidad.
La instalación pretendida en el Mar Caribe se debe a que, por sus condiciones, “representa la zona de mayor protección del cable a largo plazo”.
Entre las condiciones citadas se menciona que el lecho del mar debe contar con áreas con sustratos blandos que permitan enterrar el cable para reducir los riesgos de afectación.
Respecto a que puedan predominar zonas con baja sensibilidad ambiental, como arrecifes coralinos, pastos marinos y zonas de manglar, se menciona que permanecerán sin afectación.
La instalación contempla un paso enterrado en la playa hasta llegar a una extensión en tierra de 14 metros al que llegarán cuatro tipos de cables: Doble armadura, armadura única, ligero y ligero protegido.
En el punto de conexión se instalará un pie de concreto que evite las áreas naturales y las zonas protegidas, así como las restringidas ambientalmente.
En la sección terrestre habrá también un pozo de amarre que unirá el cableado con una estación terminal o central telefónica donde se encuentran equipos activos de transmisión de datos, a los que se llegará a través de ductos en el derecho de vía de la zona urbanizada.
El programa general de trabajo contempla seis semanas, de las cuales se llevará una en la preparación y las otras cinco en su construcción, para después operar y dar mantenimiento durante 25 años.
De resultar ambientalmente viable, el proyecto generará 11 interacciones negativas y 5 positivas entre las obras, actividades y los factores del medio.
En la etapa de construcción, se reconoce, dominarán los impactos negativos al aire, paisaje, agua y los sedimentos marinos, y el positivo será en la etapa de operación y mantenimiento al contribuir a la socioeconomía local con la generación de empleos directos e indirectos.
Para aminorar los efectos citados se proponen mecanismos de supervisión ambiental, prevención, rescate y monitoreo, manejo integral de residuos, emisiones a la atmósfera, seguridad y atención de contingencias ambientales y la restauración del fondo marino.
La inversión requerida se divide en 1.9 millones de pesos de preparación, 16.4 millones de construcción y 669.9 mil pesos de operación y mantenimiento.
Para este tipo de proyectos, se aclara, en profundidades de más de 1 kilómetro el cable simplemente es colocado en el lecho marino y es enterrado en el agua cuando hay profundidades menores a mil metros, mediante tecnología avanzada y la operación de personal experto.