- Ken Salazar expresó ayer su confianza en que el Gobierno de Claudia Sheinbaum podrá trabajar con la Administración de Donald Trump.
STAFF / AGENCIA REFORMA
CIUDAD DE MÉXICO.- Antes de dejar la Embajada de Estados Unidos en México, Ken Salazar expresó ayer su confianza en que el Gobierno de Claudia Sheinbaum podrá trabajar con la Administración de Donald Trump, quien regresará a la Casa Blanca el 20 de enero, y recomendó a México estudiar los objetivos del republicano para que proponga estrategias que lo beneficien.
En la residencia en la que vivió junto con su familia los últimos tres años, aprovechó la convocatoria para hacer una rifa de sombreros con los reporteros, ofrecer una rosca de reyes y mostrar fotografías de su trayectoria como político y diplomático.
“Lo que debería hacer México es tomar ventaja de las cosas que se quieren hacer. Podemos hablar de migración y seguridad, ahí está lo de fentanilo, el tráfico de armas”, manifestó.
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“El Presidente electo habla del muro entre EU y México; la manera en que veo estas realidades es la posibilidad de cortinas de seguridad, que se apoyen y se planifiquen de manera conjunta entre México y EU. Es el interés de México tener una frontera segura, moderna y ordenada”.
El diplomático, quien asumió la Embajada en septiembre de 2021 bajo la Administración del demócrata Joe Biden, dijo desconocer los planes de Trump para hacer frente a la migración, pero consideró que habrá cambios y que México se encuentra ante la posibilidad de negociar para verse beneficiado en rubros como el de la seguridad.
En su última conferencia antes de abandonar la legación, el Embajador habló de sus raíces como ranchero en Colorado, su estado natal, y del simbolismo que tiene su sombrero por su origen y el de su familia, pues son gente de campo.
Como agradecimiento, regaló algunos sombreros que utilizó durante su misión en México; dos de ellos, dijo, los utilizó durante sus giras a los 32 estados de la República y otro lo usó para sus visitas a lo que será la nueva Embajada, en la Colonia Irrigación.
Aseguró que deja México con satisfacción, sintiendo que su trabajo fue fuerte y bueno, pero que la misión nunca termina, y que aún hay trabajo por hacer en temas como la fabricación y consumo de fentanilo.
“Hay fentanilo en México y también sé que se produce. Pero eso se debate, que se produce o no se produce, no lleva a donde tenemos que ir. Con todo respeto al Gobierno de México, tenemos que trabajar juntos”, subrayó.
Los primeros años de Salazar en México estuvieron marcados por un fuerte vínculo de empatía mutua con el entonces Presidente Andrés Manuel López Obrador, quien públicamente lo llamó amigo en reiteradas ocasiones; pero esa relación se fracturó con la detención de Ismael “El Mayo” Zambada y por su rechazo público a las reformas al Poder Judicial.
Cuando Sheinbaum asumió la Presidencia, Salazar se dijo dispuesto a abrir un diálogo con ella, pero en su lugar obtuvo reuniones con el Canciller Juan Ramón de la Fuente y con Omar García Harfuch, Secretario de Seguridad y Protección Ciudadana, a quien reconoció por sus avances en la desarticulación del Cártel de Sinaloa.
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