- La iniciativa en materia de maíz que envió la Presidenta Claudia Sheinbaum elimina la restricción que prohibía su uso en consumo humano, como la tortilla.
NALLELY HERNÁNDEZ / AGENCIA REFORMA
CIUDAD DE MÉXICO.- La iniciativa en materia de maíz que envió la Presidenta Claudia Sheinbaum elimina la restricción que prohibía su uso en consumo humano, como la tortilla.
De acuerdo con la propuesta de Sheinbaum, entre los cambios solicitados a los artículos 4 y 27 constitucionales se da prioridad al manejo agroecológico del maíz, la preservación de las variedades nativas y la tierra libre de siembra de transgénicos.
Sin embargo, a diferencia de la versión enviada por el ex Presidente Andrés Manuel López Obrador en febrero de 2023, no incluye restricciones para el maíz genéticamente modificado sobre alimentos como la tortilla.
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Juan Carlos Anaya, director general de Grupo Consultor de Mercados Agrícolas (GCMA), señaló que esta propuesta reduce la tensión sobre las medidas que podría imponer el panel sobre maíz que perdió México ante sus socios comerciales al amparo del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC).
“Permitir la entrada de maíz genéticamente modificado sin restricciones al consumo humano podría traer beneficios inmediatos para el mercado interno mexicano, debido a que evitaría presiones inflacionarias en los alimentos y aseguraría estabilidad en los precios de productos esenciales para la población mexicana.
“En términos comerciales, aceptar la importación del grano genéticamente modificado aseguraría el cumplimiento de los compromisos asumidos bajo el T-MEC, fortaleciendo la relación con Estados Unidos y evitando posibles represalias económicas”, explicó en especialista.
El pasado fin de semana, la organización Sin Maíz no hay País advirtió que la reforma enviada es insuficiente para garantizar la salvaguarda a los maíces nativos.
“Es indispensable establecer la prohibición de consumo humano de maíz genéticamente modificado, ya que representa un peligro para la salud de la población mexicana, pues como se sabe es nuestro principal alimento”, reclamó la organización.
Si bien el organismo no gubernamental argumentó que la reforma enviada por Sheinbaum no considera un análisis de riesgo basado en ciencia sobre las implicaciones a la salud por consumo de maíz genéticamente modificado, Juan Carlos Anaya destacó que actualmente tampoco se ha registrado evidencia científica sobre potenciales afectaciones.
“Es imperativo que las decisiones relacionadas con el maíz transgénico se fundamenten en evidencia científica y análisis técnico, dejando de lado posturas dogmáticas que sólo perpetúan los problemas estructurales del campo mexicano y comprometen el bienestar de la población”, alertó el directivo de GCMA.
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