- La belleza inconfundible de Yolanda Ivonne Montez Farrington, nombre real de Tongolele, fue conocida desde mediados del Siglo 20.
STAFF / AGENCIA REFORMA
CIUDAD DE MÉXICO.- La belleza inconfundible de Yolanda Ivonne Montez Farrington, nombre real de Tongolele, fue conocida desde mediados del Siglo 20 y trascendió a la Época de Oro del cine mexicano.
Su mechón de cabello blanco que contrastaba con su larga melena negra, ojos felinos que cambiaban de color entre azul, verde y violeta, así como un imponente físico y provocativos bailes la volvieron inconfundible.
La vedette nació el 3 de enero de 1932 en Spokane, en Washington. Su padre, Elmer Sven Montez, era mexicano, mientras que su madre, Edna Pearl Farrington, era sueca.
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A los 15 años, mientras vivía en California, le ofrecieron trabajo como bailarina. Meses después llegó a presentarse en México, en Tijuana y en Mérida, y de ahí arribó a la Capital, donde su jefa, que según recordó se sentía algo celosa de ella, la obligó a usar un nombre artístico.
Con ayuda de los bongoseros que la acompañaban, eligió Tongolele, un nombre inspirado en la cultura africana y tahitiana, y así comenzó a trabajar en los principales teatros de la Ciudad de México.
Tras migrar a México siendo adolescente, Montez inició su carrera como bailarina exótica en centros nocturnos de la capital, lo que le valió convertirse en un ícono sexual en la época.
Fue sólo cuestión de tiempo que su fama se ampliara al cine y una vez en la industria bastaron sólo dos películas, Nocturno de Amor y La Mujer de Otro para que su nombre llegara al título de un filme de la Época de Oro: Han Matado a Tongolele.
“La Diosa Pantera” compartió créditos con Germán Valdés “Tin Tan”, uno de los mayores cómicos, en la película El Rey del Barrio (1949) y otros filmes.
En el clásico Había una Vez un Marido, compartió créditos con Pedro Infante, a quien recordaba como muy apuesto. Arturo de Córdoba y Pedro Armendáriz fueron otros de los astros del cine mexicano con los que compartió pantalla.
“Estaba haciendo a veces cine, teatro, cabaret, todo junto. No sé cómo lo hice, quizá por ser muy joven y saludable”, dijo Tongolele, quien contó que además de llevar una dieta con la mayor diligencia no fumaba ni tomaba, sólo “de vez en cuando un tequila chiquito que me dura toda la noche”.
Su carrera también la llevó a vivir un año en Argentina, otro en Chile y tres en Cuba, pero mantuvo su residencia fija en México, donde vivió con su esposo, el fallecido músico cubano Joaquín González apodado “El Mago del Tambor”, así como con sus hijos mellizos Rubén y Ricardo, quienes le sobreviven.
“Desde que vine a México estaba enamorada de todo el colorido de México, decía, ‘el país de colores’. es hermoso”, señaló a AP.
‘FUE MUY GENEROSA’
En 2015 cuando la bailarina confirmó que se alejaría del showbiz para procurar su salud, especialmente después de que le diagnosticaron algunos problemas a nivel de deterioro cognitivo.
Su último trabajo fue en 2012, en la película El Fantástico Mundo de Juan Orol, en la que fue dirigida por Sebastián del Amo.
“La verdad fue muy generosa, ella ya tenía cierta edad, 80 y tantos años, y estaba, nos acompañó muy amablemente y estuvo muy contenta el tiempo que estuvo. Sólo tuvo un día de llamado, incluso formó parte de la promoción de la película y nos acompañó al Festival de Cine de Guanajuato, estuvo muy contenta en la gala que hicimos en el Teatro Juárez”, compartió Del Amo a Grupo REFORMA.
ATACADA POR CONSERVADORES
El hecho de mostrar el ombligo ante el público le valió ser atacada por la Liga de la Decencia, que consideraba inapropiado su espectáculo, pero nunca le avergonzó presentarse con sus pareos y pequeños atuendos.
“Lo único que descubrí era el ombligo. Estaba tapado lo más importante”, dijo Tongolele a la AP en una entrevista en su casa en la colonia Condesa en 2014. “Hay que bailar libre, pero hay que tener el oído para hacerlo”.
La vedette se mantuvo activa hasta sus últimos años, compartió con ex Presidentes como el mexicano Ernesto Zedillo, escritores como Octavio Paz, músicos como su amiga Celia Cruz y la gran actriz María Félix.
SOBRE ELLA
Recibió la presea Agustín Lara por su trayectoria artística y un homenaje por sus 65 años de trayectoria en 2012 en el Teatro de la Ciudad “Esperanza Iris”.
También solía hacer esculturas y pintar, llegando a exponer sus obras. En televisión participó en Salomé, La pasión de Isabela y Teatro Follies.
“Era una mujer muy interesante, una de las facetas poco conocidas es que era una excelente pintora, le encantaba hacerse autorretratos. Su casa estaba llena de sus propios retratos de Tongolele con un tigre y cosas así. Era muy divertido”.
