¡Soberanía a prueba de halagos!

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Por KUKULKÁN

APENAS han transcurrido cuatro meses desde que Andrés Manuel López Obrador decidió retirarse a su rancho en Chiapas, pero su sombra sigue siendo el insomnio de la oposición. Estos detractores, siempre prestos a señalar el apocalipsis nacional, insisten en que AMLO continúa moviendo los hilos del poder desde su hamaca sureña. Mientras tanto, la presidenta Claudia Sheinbaum se enfrenta a una derecha que la subestima, cuestionando su capacidad y carácter con la misma intensidad con la que niegan el cambio climático.

LA ÚLTIMA jugada de estos opositores ha sido lanzar una campaña mediática tan sucia que haría sonrojar al lodo mismo. Acusan a Sheinbaum de doblegarse ante el presidente Donald Trump, especialmente tras los vuelos de drones estadounidenses sobre espacio aéreo mexicano, clamando que nuestra soberanía ha sido violada sin que la mandataria emita un suspiro de protesta. Curioso, viniendo de los mismos que, con anterioridad, rogaban por la intervención de Estados Unidos para combatir a los cárteles. Ahora que existe colaboración, gritan “¡invasión!” con la misma vehemencia con la que cambian de chaqueta.

PERO el verdadero baño de agua fría para estos opositores llegó cuando Trump, en un arrebato de cordialidad inusual, describió a la presidenta Sheinbaum como “una mujer maravillosa” durante la cumbre FII Priority en Miami. ¡Vaya sorpresa! El mismo Trump que suele repartir críticas como si fueran caramelos en Halloween, ahora se desvive en elogios hacia la presidenta mexicana. ¿Será que la diplomacia de Sheinbaum ha logrado lo que muchos creían imposible?

LEJOS de quedarse en palabras, Sheinbaum ha demostrado que la soberanía no se negocia ni se adorna con halagos. En respuesta a la designación unilateral de varios cárteles mexicanos como organizaciones terroristas por parte de Estados Unidos, la presidenta ha propuesto reformas constitucionales para blindar la independencia mexicana. Entre las iniciativas destaca el endurecimiento de penas para aquellos extranjeros que se atrevan a traficar armas en territorio nacional. Porque, aunque algunos prefieran olvidarlo, gran parte del arsenal en manos del crimen organizado proviene del otro lado de la frontera.

ADEMÁS, Sheinbaum ha dejado claro que México está dispuesto a colaborar en la lucha contra el narcotráfico, pero sin aceptar injerencias que menoscaben nuestra dignidad como nación. Como bien señaló: “Nosotros no negociamos la soberanía, esta no puede ser una oportunidad de EU para invadirla. Nunca injerencismo y menos invasión”. Un mensaje directo para aquellos que confunden cooperación con subordinación.

LA OPOSICIÓN sigue atrapada en su laberinto de contradicciones. Primero, clamaban por mano dura y apoyo extranjero para combatir a los cárteles; ahora, cuando se establecen medidas conjuntas, acusan a Sheinbaum de entregar el país en bandeja de plata. Quizás deberían decidirse: ¿quieren una líder que defienda la soberanía o una que se arrodille ante potencias extranjeras? Porque, hasta donde se sabe, la presidenta ha demostrado que se puede dialogar con firmeza, sin perder el decoro ni la autonomía.

CON DESTREZA Sheinbaum navega en las turbulentas aguas de la política internacional, recordando a todos que México es un país soberano, dispuesto a colaborar, pero jamás a ceder su independencia. Y si a algunos les incomoda que Trump la elogie, quizás deberían replantearse sus propias estrategias, porque parece que la presidenta está jugando al ajedrez mientras otros apenas entienden las damas chinas.

@Nido_DeViboras