ELMER ANCONA
El gobernador de Puebla, Alejandro Armenta Mier, está replicando las mismas tonterías que su ex jefe y padrino político, Mario Marín Torres, quien de manera absurda se confrontó con los medios de comunicación independientes que no se doblegaron a sus absurdos mandatos.
A los periodistas críticos, el ex mandatario (de vuelta en prisión) les dijo “comunicadores y periodistas de mentes obtusas”, por no querer aprobar la forma de vida política que ejerció durante su gestión.
Lo mismo sucedió recientemente con Armenta Mier, quien de manera pública atacó e injurió, sin deberla ni temerla, a Rodolfo Ruiz, director general y propietario del periódico digital E-consulta.
Aún no salía de ese escándalo nacional cuando el gobernador de Puebla se metió en otro: ahora se fue duro y tendido contra los inversionistas del Grupo Proyecta, a quienes amenazó con expropiarles cuatro hectáreas de su propiedad si no donaban dos hectáreas de tierra a su administración.
Tan mal le fue a Alejandro Armenta que hasta sus amigos mejor posicionados en Morena -partido al que pertenece-, lo llamaron a la cordura, a la mesura, al diálogo, para no dejar mal al Movimiento.
Pero el mandatario poblano, muy a su estilo, es tan necio en sus posturas, tan sordo a las voces críticas, que en los diversos espacios abiertos sigue confrontando a todos.
“Ya no ocuparemos esas tierras para no dejarlos (a los empresarios) en la pobreza”, “hicieron de la nada todo un escándalo”, “yo no quería que me hicieran fama”, entre otras declaraciones.
En lugar de ofrecer una disculpa pública y decir que a lo mejor no supo expresarse al pedir a los inversionistas un poco de ayuda, y que no se trata de una expropiación sino de una donación, no ha dejado de ofenderlos ni de intimidarlos.
¿Qué pasa por la cabeza de Alejandro Armenta Mier? ¿Qué lo trae tan exaltado? ¿Será que le inquieta demasiado los cinco cadáveres que esta semana le fueron a tirar a las puertas del recinto ferial, con un mensaje directo a su gestión que apenas inicia?
Tranquilidad y paciencia, estimado gobernador, mucha paciencia; para permanecer en la silla de poder se requiere inteligencia, consensos, razón y amarre de tripas, aunque lo hagan enojar en público o en privado.
No se deje ver, mediáticamente, como un mandatario iracundo, irritable, voraz y persecutor.
No le conviene porque -a decir verdad-, esos dos millones de votantes que presume lo respaldaron en el pasado proceso electoral, muchos son “de a mentiritas”, y todo el mundo lo sabe. No tiene el respaldo ni el consenso suficiente para mantenerse en pie.
Lo que Puebla y todo México necesita son gobernadores inteligentes, serios, entregados al servicio público, y no políticos retrógradas y ventajistas que quieren quitar a los demás lo que no les pertenece. Ya no son tiempos de dictaduras. Pongámonos serios y dejemos atrás los delirios.
@elmerando