- La senadora Anahí González organizó una jornada infantil en las comunidades de X-Pichil, Betania, Chunhuás y Dzulá.
STAFF/ LUCES DEL SIGLO
CARRILLO PUERTO, Q. ROO.- Desde temprano, el Domo de X-Yatil comenzó a llenarse de colores, voces y pequeños pasos curiosos. Niñas y niños de comunidades como X-Pichil, Betania, Chunhuás y Dzulá llegaron acompañados por sus familias, listos para celebrar su día.
El sol brillaba con suavidad sobre el domo mientras los brincolines se inflaban como gigantes amistosos y las piñatas colgaban desafiantes, esperando ser vencidas a palos y carcajadas.
No era solo un evento: era un punto de encuentro. Padres, madres, abuelos y funcionarios se mezclaban con la algarabía infantil en una jornada organizada por la senadora Anahí González, quien no tardó en acercarse, abrazar, hablar de frente y sonreír con quienes tenían en los ojos toda la emoción del momento.
En medio del bullicio, González tomó la palabra. “La Revolución del Bienestar comienza en el corazón de ustedes”, dijo con voz firme. Habló de leyes, de reformas, pero sobre todo de futuro. Un futuro que, insistió, se construye acompañando a quienes hoy son niñas y niños, con respeto, alegría y protección.
“Cada sonrisa vale más que cualquier discurso”, dijo después, mientras los más pequeños buscaban premios entre juguetes y dulces.
A su alrededor, las autoridades locales compartieron bancas y aplausos. Había música, sí, pero también una atmósfera de confianza. Nadie parecía un extraño. Cada juego, cada risa, reforzaba ese lazo entre comunidad y pertenencia, entre lo que se promete y lo que se vive.
Más allá de las palabras, la tarde transcurrió entre piñatas rotas, abrazos largos y carreras por pastelitos. Había regalos, sí, pero el verdadero festejo estaba en los ojos abiertos de quienes descubren el mundo sin miedo. Y ahí, entre lonas y aplausos, la política se hizo un poco más humana.