- Muchas niñas y niños reciben de sus cuidadores más horas de distracción inmóvil delante de una pantalla.
STAFF / AR
CIUDAD DE MÉXICO.- En lugar del cuidado cariñoso y sensible que es fundamental para su apropiado desarrollo, lo que muchas niñas y niños están recibiendo de parte de sus cuidadores son horas de distracción inmóvil delante de una pantalla.
De ahí que, ante varios colegas reunidos en el 31 Congreso de la Asociación Pediátrica Internacional (IPA), el neurólogo pediatra Antonio Rizzoli ironizara diciendo que ya hoy la tablet “es un sustituto de la madre”.
“Lo que vemos mucho es que el niño llora, no quiere subirse a la carriola, no quiere comer lo que le piden; entonces, el cuidador le pone el teléfono delante: ‘Ten, puedes escucharlo, puedes verlo’.
Lo usa como un chupón, y entonces el niño no aprende a afrontar estas situaciones”, ilustra en entrevista Sheila Manji, especialista de la Organización Mundial de la Salud (OMS) en Desarrollo de la Primera Infancia.
“El cuidador ya no tiene otras herramientas. No es que quiera hacerlo, simplemente no quiere que el niño se altere, no quiere que llore”, continúa la experta canadiense. “Es una solución sencilla, pero desafortunadamente el niño aprende: ‘Si lloro, van a darme el teléfono’”.
Lo problemático de esta salida fácil para apaciguar a las y los menores es que puede tener consecuencias negativas.
“La primera infancia es un período de desarrollo físico, cognitivo y psicosocial rápido, y un tiempo durante el cual se forman los hábitos del niño/a”, expone la guía ‘Directrices de la OMS sobre la actividad física, el comportamiento sedentario y el sueño para menores de 5 años’”.
“Si los niños están sentados frente a la pantalla, eso significa que no están haciendo otras cosas.
“No se están moviendo, no hay actividad física, tan sólo están ahí sentados; lo que hacen con la pantalla es más pasivo, les llega información, pero no interactúan”, advierte Sheila Manji.
“Fundamentalmente, los niños de esa edad tan temprana necesitan jugar, necesitan interactuar, necesitan comunicarse y necesitan desarrollar buenas relaciones con sus cuidadores y con los demás a su alrededor.
“Y si están siempre con el teléfono o la tablet, no tienen la oportunidad para desarrollar eso”, agrega la especialista.
Nueva Zelanda es uno de los países que han emitido recomendaciones para limitar la exposición a las pantallas en los más pequeños.
Tiene la guía “Siéntate menos, muévete más, duerme bien: Pautas de juego activo para menores de 5 años”, que refiere no sólo el impacto perjudicial para la salud física, emocional y comunicativa, sino a nivel escolar.
Es decir, pasar más tiempo ante una pantalla durante la infancia estaría asociado con una disminución de las habilidades matemáticas y físicas, menor atención en clase y un aumento de los problemas emocionales en etapas posteriores.
“Las cosas en la pantalla se mueven muy rápido, y es muy diferente a cuando interactuamos con alguien cara a cara.
“Así que, cuando vas a la escuela, quizá ya estés acostumbrado a que todo vaya muy rápido, y te cuesta sentarte en un aula, seguir las instrucciones del profesor, completar una tarea de principio a fin, porque estás acostumbrado a la gratificación instantánea”, explica Sheila Manji.
Es por todo esto que la recomendación de la OMS es muy clara: desalentar el tiempo que los menores de dos años pasan frente a este tipo de dispositivos.
“No deben permanecer inactivos ante una pantalla más de una hora, menos es mejor”, resalta el documento del organismo internacional, mismo que no obvia las dificultades para conseguir esto.
“En algunos contextos puede resultar problemático reducir el tiempo de permanencia pasiva de los lactantes ante una pantalla debido a las normas y valores culturales y las múltiples responsabilidades de los cuidadores”, se lee en la guía de la OMS.
“(Pero) los beneficios de reducir el comportamiento sedentario ante una pantalla -como mirar la televisión o videos, o jugar juegos con una computadora- incluyen la reducción de la adiposidad y un mejor desarrollo cognitivo, motor y psicosocial”, insiste.
Entre las alternativas de las cuáles echar mano está que los cuidadores opten por la lectura y narración de cuentos, armar rompecabezas, jugar a construir con bloques, dibujar, colorear, recortar figuras, cantar y jugar a tocar música.
“La clave es que las actividades resulten divertidas, atractivas y desafiantes, y por supuesto, poner el ejemplo.
“Es decir, que los mismos adultos al cuidado de infancias reduzcan el tiempo que pasan con dispositivos móviles en la mano.
“Evitar tener la televisión encendida de fondo, que no haya pantallas en ninguna habitación, y mantener aparatos como consolas y tabletas fuera de la vista, también será de ayuda”.