- El Consejo Nacional de Morena se reunió ayer.
FELIPE VILLA
CIUDAD DE MÉXICO.- En medio de un escenario político nacional cada vez más polarizado y con la presión internacional en aumento, el Consejo Nacional de Morena se reunió este domingo con una misión clara: territorializar la defensa de la Cuarta Transformación. La orden, lanzada desde el corazón del movimiento, fue contundente: reorganizarse desde abajo, mantener vivo al poder popular y cerrar filas con la Presidenta Claudia Sheinbaum Pardo.
Durante la VIII Sesión Extraordinaria del Consejo, encabezada por Luisa María Alcalde Luján y Alfonso Durazo Montaño, se aprobó la creación de más de 70 mil Comités Seccionales en todo el país. La meta no es menor: lograr que cada sección electoral cuente con una célula activa del movimiento, organizada, consciente y dispuesta a defender el proyecto político que Morena ha consolidado en los últimos años.
“Este consejo lo dedicamos a organizarnos desde la base: la colonia, la manzana, la ranchería, el ejido. Nuestra mayor fortaleza es la gente”, afirmó Alcalde Luján, al tiempo que subrayó que la lealtad al proyecto de transformación debe expresarse en acciones concretas, no sólo en discursos.
Territorio, lealtad y advertencias
La narrativa de la sesión osciló entre el llamado a la unidad, la institucionalización del poder popular y un tono autocrítico que no pasó desapercibido. El propio Alfonso Durazo lo sintetizó con claridad: “Territorializar la defensa de la Cuarta Transformación es la única ruta para mantener vivo el poder popular”.
Pero el consejo no solo fue un ejercicio de planeación política. También fue un espacio de advertencias internas. Desde el presidium, sin mencionar nombres directamente, se lanzó un mensaje a quienes han protagonizado escándalos o divisiones internas en las últimas semanas: la casa se limpia desde adentro.
Fuera de la agenda del día, el caso del ex secretario de Seguridad de Tabasco, Hernán Bermúdez, salpicó indirectamente al exgobernador Adán Augusto López, actual coordinador de Morena en el Senado. Y aunque no se pronunciaron sanciones ni rompimientos, la presidenta del partido fue clara: “Morena no protege a nadie involucrado en corrupción. Quien traicione nuestros principios debe responder ante la justicia”.
Durazo, por su parte, pidió contener las diferencias dentro del partido y evitar alimentar a los adversarios con declaraciones que luego se convierten en campañas mediáticas. “Las tensiones derivan muchas veces de nuestros propios cuadros. No podemos permitir que esas diferencias se conviertan en armas contra el movimiento y contra la presidenta”, advirtió.
Plan municipalista, filtros y consejo consultivo
El Consejo aprobó también un Plan Municipalista para reforzar la identidad morenista en los ayuntamientos gobernados por el partido. Se busca que los gobiernos municipales no sólo administren, sino que escuchen, dialoguen y actúen en coordinación con sus comunidades. “Gobiernos que no hablen en nombre del pueblo, sino con el pueblo”, como resumió Durazo.
Asimismo, se anunció la creación de una Comisión Evaluadora de Incorporaciones, encargada de revisar a las figuras políticas que busquen afiliarse al partido desde otras trincheras. Este mecanismo pretende blindar a Morena ante filtraciones oportunistas que no comulguen con los principios del movimiento.
Finalmente, se reactivará el Consejo Consultivo Nacional, integrado por personalidades destacadas del ámbito académico, científico, cultural y empresarial. Su objetivo será asesorar al partido en las grandes temáticas nacionales.
Con la Presidenta, todo; sin ella, nada
La defensa de Claudia Sheinbaum como figura central del movimiento fue el otro gran eje del encuentro. En un contexto internacional tenso, marcado por amenazas arancelarias y declaraciones injerencistas desde EE.UU., la dirigencia de Morena cerró filas en torno a su presidenta.
“Con la Presidenta todo, sin la Presidenta nada”, sentenció Durazo, frente a gobernadores, legisladores y dirigentes del partido. En su intervención, Luisa María Alcalde pidió defender los principios de no intervención, la dignidad nacional y los derechos de los migrantes mexicanos, y respaldó el plan de acción de Sheinbaum para la protección consular, la reinserción de deportados y el alivio fiscal para el envío de remesas.
Con ese telón de fondo, Morena se prepara para un nuevo ciclo de organización territorial. Una nueva etapa que dependerá, como siempre, de su capacidad para escuchar a la base, fortalecer su estructura… y controlar sus propias grietas.