- Desinterés, charlas, fotografías y negociaciones: diputados hicieron de todo, menos escuchar a los jóvenes durante la entrega del Premio de la Juventud.
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CIUDAD DE MÉXICO.- Desinterés, charlas, fotografías y negociaciones: diputados hicieron de todo, menos escuchar a los jóvenes durante la entrega del Premio de la Juventud.
Ayer, la Tercera Legislatura inició su periodo extraordinario de sesiones con la única intención de entregar el reconocimiento; sin embargo, el desinterés por el acto no pasó desapercibido por los galardonados.
“Es injusto, es una burla porque ahí nos demuestran el interés que se supone que tienen hacia nosotras. Pero lo que yo veo es que no lo tienen, que solamente es un proceso meritocrático para ustedes, si realmente nos quieren apoyar, pongan su parte para ponernos atención, para guardar silencio y permitir que nuestras voces se escuchen”, expresó Ana Karen Sotero desde el estrado.
Sotero, estudiante de 23 años de la Facultad de Economía de la UNAM y representante del club de debate Poder Cultural, fue la encargada de emitir el discurso dando voz a la juventud, por lo que no perdió la oportunidad de hacer resonar un reclamo de decepción a Donceles por la falta de cortesía y respeto hacia los oradores.
“Pongan atención cuando estamos hablando (…). Ya como juventud nos esforzamos en llegar hasta acá. Me parece una falta de respeto que cuando estamos aquí, incluso recibiendo el premio, no nos hagan caso, están en sus propias conversaciones. ¿¡Qué clase de actitud es esta!?”, reclamó.
Mientras exponía su molestia, los diputados Emilio Guijosa y Luis Chávez, ambos morenistas, hablaban por teléfono; mientras que Víctor Hugo Romo, también de Morena, veía la pantalla de su celular.
En tanto, la Presidenta de la Mesa Directiva, Martha Ávila, mantuvo una mirada seria durante la ponencia y, cuando Sotero finalizó, evitó aplaudirle.
Al bajar del estrado, Ana lamentó la actitud del Congreso, pues esperaba la apertura a la escucha, así como una reflexión para retirar la visión paternalista de la forma de hacer política y, en vez de ello, sólo recibió desatenciones y cosificación por parte del legislativo.
“Desde que llegamos, todos los diputados estaban hablando por teléfono, se estaban paseando, nada más tomándose fotos con nosotras, como si fuéramos simples artefactos, cosificándonos y creo que esa es una falta de respeto”, expresó.
Tan pronto tocaron la campanilla para indiciar el fin de la sesión, toda la bancada de Morena salió corriendo del Congreso rumbo a la Jefatura de Gobierno para una reunión urgente que les impidió, siquiera, despedirse y agradecer la presencia de los jóvenes en Donceles.