- El PAN denunció que no ha recibido una invitación formal por parte del gobierno federal para participar en la construcción de la reforma electoral.
STAFF / LUCES DEL SIGLO
CIUDAD DE MÉXICO.- La propuesta de reforma electoral impulsada por la presidenta Claudia Sheinbaum ha comenzado a recibir respuestas de la oposición y de actores vinculados al sistema democrático.
El Partido Acción Nacional (PAN), a través de su dirigente nacional Jorge Romero, planteó cuatro medidas concretas para ser incluidas en el debate, al tiempo que ex presidentes del órgano electoral defendieron la permanencia de los institutos locales (OPLEs).
Romero denunció que, hasta ahora, el gobierno federal no ha extendido una invitación formal al PAN para participar en la construcción de la reforma, lo que consideró un intento de marginar a la oposición.
“No hay ninguna convocatoria, ni invitación formal por parte del oficialismo, ni de la Presidenta Claudia Sheinbaum Pardo hacia los partidos de la oposición, en particular al PAN, a participar en la discusión de la reforma electoral”, acusó en un comunicado.
Las propuestas que Acción Nacional busca poner sobre la mesa son: establecer una segunda vuelta en la elección presidencial, incorporar urnas y votos electrónicos en los procesos electorales, frenar la sobrerrepresentación en el Congreso de la Unión y cancelar elecciones en caso de confirmarse injerencia del crimen organizado.
Romero sostuvo que el PAN está dispuesto a trabajar en una reforma electoral “real, de fondo y que fomente la democracia”, siempre y cuando se incluya a la oposición y se escuche a la sociedad.
Advirtió, sin embargo, que el proyecto promovido por la Cuarta Transformación busca, en su opinión, “apoderarse del INE y de las autoridades electorales para poner fin a la democracia en el país y perpetuarse en el poder”.
El dirigente blanquiazul también criticó que las bancadas de Morena en el Congreso no participen en la construcción de la iniciativa, ya que, dijo, el proyecto se está definiendo desde la Comisión Ejecutiva encabezada por Pablo Gómez, sin diálogo ni contrapesos.
“Nuestras condolencias a los grupos parlamentarios de Morena que están pintados; se supone que siendo otro poder constitucional, en su cara les dicen que una reforma electoral va a surgir de una Comisión Ejecutiva”, expresó.
En paralelo, la discusión sobre la viabilidad de la reforma incluye las voces de ex presidentes del órgano electoral. José Woldenberg, primer titular del entonces Instituto Federal Electoral (IFE), alertó en un foro que la desaparición de los Órganos Públicos Locales Electorales (OPLEs) afectaría al federalismo y podría generar más gastos que ahorros. “Si se eliminan los OPLEs, el INE tendría que resolver todo tipo de problemáticas locales”, señaló.
Por su parte, Lorenzo Córdova, ex consejero presidente del INE, cuestionó la viabilidad de centralizar todas las tareas en el Consejo General. “¿Qué demonios va a saber el INE de cómo se organizan las elecciones por usos y costumbres en un estado, con reglas que muy probablemente son distintas a las de otro estado?”, preguntó durante su participación en el mismo foro.
Las posiciones contrastantes anticipan una discusión compleja. Mientras el gobierno federal busca consolidar cambios de gran calado en la estructura electoral, el PAN condiciona su participación a que se integren sus propuestas y se abra un diálogo con la oposición. Al mismo tiempo, voces expertas insisten en que la desaparición de los OPLEs representaría un retroceso para el federalismo y para la capacidad de atender la diversidad electoral del país.
La iniciativa de reforma electoral será uno de los temas centrales en la agenda legislativa del próximo periodo de sesiones, en medio de un escenario donde la negociación política y las tensiones entre oficialismo y oposición marcarán el rumbo de la propuesta.