- La industria de la masa y la tortilla atraviesa una situación complicada, afectada por altos costos y competencia desleal.
OMAR ROMERO
CANCÚN, Q. ROO.- La industria de la masa y la tortilla en Quintana Roo atraviesa una situación complicada, afectada por altos costos operativos, competencia desleal y la incertidumbre que ha generado la propuesta del gobierno federal para reducir el precio del kilo de tortilla.
Así lo dio a conocer Rubén Montalvo Morales, presidente de la Cámara Nacional de la Industria de Producción de Masa y Tortilla en la entidad, quien resaltó que esta problemática no es nueva, sino un rezago que se ha arrastrado durante años.
Expuso que la iniciativa del gobierno federal para bajar el precio del producto no es viable, ya que los industriales enfrentan constantes aumentos en los precios de los insumos, servicios básicos y trámites municipales.
Por esta razón, insistió en que lo más urgente es estabilizar esos costos para evitar nuevas alzas.
“Tenemos rezago de muchos años, tenemos una gran problemática y la verdad que no hay forma (para disminuir los costos).
“Lo que necesitamos es que se estabilice y regularicen los costos de los insumos para nosotros mínimo poder mantener los precios que tenemos actualmente”.
Actualmente, el kilo de tortilla en Quintana Roo tiene un precio que va de los 23 a los 28 pesos, dependiendo de la zona.
No obstante, Montalvo Morales explicó que el costo real de producción se ubica entre los 22 y 24 pesos, lo que deja márgenes de ganancia muy limitados para los productores formales.
El líder del sector señaló que, aunque muchas personas perciben que el precio de la tortilla ha subido, lo cierto es que la industria opera con pérdidas.
Esto se debe en parte a que el gobierno federal controlaba el precio del producto hasta hace aproximadamente dos años, lo cual ha dejado un impacto negativo.
Otro factor que agrava la situación es la presencia de tortillerías ilegales e informales, que operan sin permisos, sin pagar impuestos y, en algunos casos, con conexiones ilegales a servicios públicos.
Estas prácticas les permiten vender el kilo de tortilla hasta en 15 pesos, generando una afectación estimada de más de 40 por ciento al mercado formal.
A pesar de estas dificultades, el consumo de tortilla en el estado se ha mantenido estable después de la pandemia, aunque se han registrado cambios en los hábitos alimenticios de la población.
En este sentido, Montalvo Morales reconoció que la disminución en la demanda responde principalmente a factores como la globalización y la mayor presencia de alimentos ultraprocesados en la dieta, más que al precio del producto.
En Quintana Roo operan cerca de mil tortillerías, de las cuales aproximadamente 360 se encuentran en el municipio de Benito Juárez.