- A través de una acción colectiva se acusó a 500 granjas de contaminar el agua potable con bacterias fecales, lo que habrían sabido autoridades desde 2023.
IGNACIO CANUL
MÉRIDA, YUC.- La Red en defensa del agua y el territorio maya “To´one Ja´o´on” (Somos agua) denunció por contaminación fecal del agua potable a la industria porcícola de Yucatán.
La querella colectiva señaló a 500 granjas de contaminar el vital líquido con coliformes, que es un subgrupo de bacterias asociadas a las heces fecales.
Las comunidades denunciantes dijeron estar respaldadas por investigaciones científicas, y exigieron la reparación del daño ambiental y una investigación de la responsabilidad penal de las compañías porcícolas
La querella de las comunidades originarias fue interpuesta ante la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) y la Comisión Nacional del Agua (Conagua).
Los denunciantes acusaron una supuesta omisión de las mismas autoridades que habían reconocido el problema, desde hace dos años.
La Red “To’one Ja’o’on” aglutina a más de 20 localidades afectadas en municipios yucatecos, entre ellos Kinchil, Maxcanú, Dzoncauich y Homún.
Las comunidades denunciantes presentaron pruebas supuestamente irrefutables sobre el daño ambiental, social y económico que habría provocado la contaminación.
Luego de tres años de investigaciones, expusieron, se establece que el agua, el aire y los sistemas productivos de estas comunidades están contaminados con bacterias coliformes, mismas que están siempre presente en el tracto digestivo de los animales, incluidos los humanos.
Los denunciantes comentaron que estudios de la Universidad Nacional Autónoma de México (2025) y de la Universidad Johns Hopkins (2022) han confirmado la presencia de contaminación fecal reciente, incluyendo el marcador de desechos porcinos conocido como Pig-2-Bac.
La vocera de la red “To´one Ja´o´on”, Lourdes Medina, señaló que la contaminación ya no solo se encuentra en los pozos, sino en el agua potable que sale de la llave.
“La contaminación es reciente y vigente”, aseveró, al mencionar la gravedad del riesgo sanitario que representa para la población, especialmente para la niñez.
Con la presentación de la denuncia, las mujeres mayas alzaron su voz para dar testimonio de las afectaciones.
En Kinchil, Matilde Dzib Dzul dijo que con la imposición de cuatro granjas porcícolas, sin su consentimiento, se amenaza la apicultura, se contamina el agua, el aire y se generan malos olores que afectan gravemente a sus abejas y su forma de vida.
En San Rafael, Maxcanú, Diana Can Pat relató la dura realidad de su comunidad. “Debido al agua contaminada, incluso la potable. Hay gente que compra agua purificada para bañar a los bebés. El olor de las granjas es tan fuerte que pica la nariz y se impregna en las casas”.
Se exigió que las autoridades el cumplimiento de la ley para que las empresas responsables sean obligadas a la reparación integral del daño.
Asimismo, se busca que la fiscalía general de la República actúe ante la existencia de posibles delitos al medio ambiente.
El colectivo acusó que la Semarnat tenía conocimiento de la existencia de las granjas porcícolas ilegales, su impacto ambiental en la deforestación y la gestión insuficiente de aguas residuales, desde 2023.
A pesar del diagnóstico, se omitió la implementación de acciones concretas, y con la denuncia colectiva se busca poner fin a esa situación para garantizar el derecho a vivir en un entorno sano.