- Tras el asesinato de un estudiante del Colegio de Ciencias y Humanidades (CCH) Sur, de la UNAM, académicos, alumnos y trabajadores denunciaron el abandono de autoridades universitarias ante el incremento de la violencia y exigieron atención a la salud mental de la comunidad.
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CIUDAD DE MÉXICO.- Tras el asesinato de un estudiante del Colegio de Ciencias y Humanidades (CCH) Sur, de la UNAM, académicos, alumnos y trabajadores reunidos en asamblea tripartita denunciaron el abandono de autoridades universitarias ante el incremento de la violencia y exigieron atención a la salud mental de la comunidad.
“El asesinato de nuestro compañero Jesús Israel se dio en un contexto de abandono total de las autoridades centrales de la UNAM a los CCH’s y Prepas.
“En términos de seguridad, hicieron caso omiso de las solicitudes de la comunidad del plantel por atender el incremento en la violencia vinculado a la distribución y consumo de sustancias en las instalaciones y sus alrededores, a la permisividad con la venta ambulante, a la falta de atención al acoso escolar y a la falta de personal administrativo suficiente para cubrir las tareas de vigilancia”, según la asamblea tripartita del CCH Sur.
Indicó que el luto que enfrenta advierte otra gran deficiencia que padece la UNAM y, en particular, el bachillerato, que es la falta de atención a la salud mental. “En nuestro plantel, con una población de 12 mil estudiantes, 700 docentes y 400 trabajadores y trabajadoras, se cuenta con un par de opciones que apenas pueden atender a unas decenas de universitarios”.
Durante la asamblea realizada este lunes, la comunidad igualmente denunció que, en el CCH Sur, la biblioteca ha estado cerrada todo el semestre; la mitad del colegio estuvo sin agua; el mobiliario de las aulas y laboratorios tiene más de 20 años de uso y el sistema de control del estacionamiento estaba inservible.
Se afirmó que el bachillerato funciona con el mínimo apoyo presupuestal posible destinado a las necesidades de la docencia y la contratación del profesorado.
Señaló que hay deficiencias en la cantidad de aulas; acceso limitado a servicios digitales y una infraestructura en malas condiciones y con grandes deficiencias en el mantenimiento de las instalaciones.
Dijo que la inestabilidad laboral de la planta docente y la carga excesiva de grupos dificulta que se desarrollen lazos comunitarios entre profesores y estudiantes, que permitirían identificar situaciones de peligro en casos específicos y apoyar los procesos de restauración del tejido social.
“Por tanto, exigimos un aumento significativo del presupuesto destinado a las escuelas y facultades para la atención a las necesidades del alumnado, en particular en el bachillerato, que permita instalar y mantener las medidas de seguridad consensuadas con las comunidades y aumentar significativamente los servicios de salud mental que ofrece la universidad a sus comunidades hasta garantizar que sean funcionales, entre otras demandas.