- La presencia de Shakira coloca a Mérida en la mira del mundo, no sólo como un destino cultural, sino como una vibrante sede de entretenimiento.
IGNACIO CANUL
MÉRIDA, YUC.- La noticia se esparció como un rumor eléctrico bajo el sol de la mañana, convirtiéndose en un grito de júbilo que retumbó desde el Centro Histórico hasta los barrios más lejanos: ¡Shakira viene a Mérida!
La capital yucateca, conocida por su serenidad colonial, se ha transformado repentinamente en el epicentro de una algarabía colectiva, lista para vibrar al ritmo de la estrella colombiana.
La fecha del 24 de febrero de 2026, marcada ya en los calendarios de miles, no es solo la promesa de un concierto, sino la materialización de un sueño para la afición local y regional.
Desde el anuncio, las redes sociales ardieron con gifs de caderas que no mienten y mensajes de incredulidad mezclada con euforia.
“¡Por fin algo así en Mérida!”, comentaba una usuaria; “¡Voy a bailar ‘Pies Descalzos’ hasta que me duelan los pies!”, respondía otro, reflejando el sentir generalizado de una ciudad que se sabe lista para la fiesta.
Detrás de este estallido de emoción se encuentra la iniciativa de una audaz empresa de espectáculos que ha visto en Mérida no sólo una plaza más, sino el escenario ideal para eventos de talla internacional.
La presidenta municipal, Cecilia Patrón Laviada, no tardó en celebrar la confianza depositada, destacando los pilares que hacen a la ciudad atractiva: la envidiable percepción de seguridad, la certeza jurídica para las inversiones y el potencial turístico y económico que atraen este tipo de mega eventos.
La presentación en el emblemático Estadio Carlos Iturralde Rivero es el resultado de la sinergia entre la iniciativa privada y el apoyo del Ayuntamiento, que brindó la asesoría necesaria y agilizó la gestión de permisos para garantizar la seguridad y el disfrute total.
La munícipe ha sido clara: no se invierte recurso público, pero el impacto económico esperado es un motivo de gran celebración para las familias meridanas.
“Esto es justicia social,” afirmó Patrón Laviada, al recalcar que un evento de esta magnitud implica la activación de la economía local a través del uso de servicios, proveedores y empresas yucatecas.
Meseros, hoteleros, transportistas y comerciantes ya afilan sus herramientas, anticipando una derrama turística, comercial y de servicios que se traducirá en más y mejores empleos.
Mientras las autoridades afinan los detalles logísticos, la gente ya está inmersa en una fiesta previa. En el Paseo de Montejo y parques, el tema de conversación es único: las canciones favoritas, el outfit perfecto y el conteo regresivo.
La presencia de Shakira en el mapa mundial de espectáculos coloca a Mérida en la mira del mundo, no sólo como un destino cultural, sino como una vibrante sede de entretenimiento.
La algarabía de la gente es la verdadera crónica de esta noticia; es el sonido de los cláxones celebrando en las calles, los ensayos improvisados de “Hips Don’t Lie” en las salas y la certeza de que, el 24 de febrero de 2026, las caderas de miles de meridanos y visitantes, al igual que las de la estrella, no mentirán mientras la capital yucateca se viste de gala y júbilo internacional.




