- Luis fue víctima de una estafa al intentar recuperar a Jeremías, su gato perdido desde el pasado 12 de julio.
STAFF / AR
CIUDAD DE MÉXICO.- Luis fue víctima de una estafa al intentar recuperar a Jeremías, su gato perdido desde el pasado 12 de julio en el Centro de Coyoacán.
Después de un día buscándolo, recibió la llamada de un padre de familia que le dijo que al pasear por el parque con sus hijas se encontraron a su gato.
“Me dio un discurso maravilloso, me dijo que me entendía, que él había pasado por depresión y que los animales lo habían ayudado a salir adelante”, contó.
“Me describió cómo sus hijas jugaban con el gato, como lo encontraron, según, y detalles de Jeremías que, no pensé en ese momento, eran visibles en el cartel que hice para buscarlo”.
Jeremías es de color negro, le falta un pedazo de su oreja izquierda y cuando se perdió tenía un collar azul con sus datos.
La cédula de búsqueda incluía el teléfono de contacto de Luis, a quien le dijeron que su gato estaba en una casa en la Colonia Roma, que alguien iría por él para entregárselo, pero que requerían una transferencia de 200 pesos para la gasolina, condición que aceptó.
Cuando le dijeron que iban a requerir más dinero supo que se trataba de una estafa e intentó asustarlos diciendo que los denunciaría; luego, por temor, les aseguró que todo era un montaje, que Jeremías no existía y que él pertenecía a una asociación que desenmascara a estafadores.
“Tenían mis datos y mi dirección porque les dije a dónde llevar a Jeremías”, lamenta.
DATOS PERSONALES
El caso de Luis y Jeremías no es aislado. Eva escuchó el mismo guion mientras buscaba ayuda para localizar a Antón, un lomito que se perdió en junio de 2024.
También hizo un cartel y lo compartió en grupos de Facebook y en X, acompañado de datos personales como su teléfono y su dirección.
Después de una primera estafa en la que Eva depositó 300 pesos, una veterinaria encontró al can y se lo regresó, sin embargo, meses después recibió una llamada.
Mencionaron su nombre completo y que hablaban de la Fiscalía, porque alguien la acusaba de vender drogas. Que habían ido a buscarla y que no la habían encontrado… y mencionaron la colonia donde vive.
“Me pide que vaya a un careo con la persona que me acusa y me empecé a asustar. ¿Cómo sabía dónde vivo y mi nombre? y en eso pensé: ‘¡es por el cartel del perro!’, que seguía circulando en redes”.
“Cuando me estaba hablando le pido que me repita su nombre y cargo, en eso me dice ‘soy miembro del Cártel Jalisco Nueva Generación’ y ya le colgué. No sé si me querían robar, extorsionar o secuestrar”.
Eva confesó que nunca pensó en denunciar; Luis asegura que no lo hará porque no serviría en nada y sólo ayudaría a la estadística.