Julio Jiménez Martínez
No cabe duda de que el acuerdo de culpabilidad y un posible intercambio de información estratégica sobre sus arreglos económicos con diversos personajes de la clase política mexicana evitaron la pena de muerte para Ismael “El Mayo” Zambada. Sin embargo, pasará el resto de su vida en una prisión de alta seguridad en Estados Unidos.
Ismael “El Mayo” Zambada, cofundador del Cártel de Sinaloa, se declaró culpable este lunes en una corte de Nueva York, donde aceptó su responsabilidad en diversos delitos relacionados con el crimen organizado y el narcotráfico. La resolución lo llevará a cumplir cadena perpetua sin posibilidad de libertad.
La fiscal general Pamela Bondi aseguró que Zambada “morirá en una prisión de Estados Unidos” y destacó que el capo reconoció haber pagado sobornos a diversos personajes de la vida política, altos mandos militares, gobernadores y autoridades policiacas en México.
Es importante señalar que las autoridades mexicanas y estadounidenses han mantenido una estrecha colaboración. Como resultado, se ordenó el aseguramiento e incautación de bienes valuados en 15 mil millones de dólares.
Durante la audiencia celebrada este lunes, Ismael “El Mayo” Zambada, de 75 años, aceptó haber enviado más de mil 500 toneladas de cocaína a Estados Unidos. Asimismo, reconoció haber realizado operaciones de lavado de dinero y se declaró culpable de ordenar múltiples homicidios y secuestros a lo largo de su carrera delictiva, que se ha extendido por más de 45 años.
Por su parte, Joseph Nocella, fiscal del distrito este de Nueva York, destacó que la sentencia será de cadena perpetua y subrayó que esta resolución representa el derrumbe de un mito:
“Que los líderes de los cárteles mexicanos gozaban de total impunidad gracias a acuerdos de inmunidad institucional y que estaban más allá del alcance de las autoridades”.
El juez Brian Cogan fijó la lectura oficial de la sentencia para el próximo 13 de enero de 2026, al considerar que los delitos imputados y reconocidos por Zambada contemplan penas de prisión de por vida.
Mientras tanto, en México, un juez federal ordenó la vinculación a proceso de Julio César “N” y otorgó a la Fiscalía General de la República un plazo de tres meses para integrar la investigación correspondiente. En la misma audiencia, la autoridad jurisdiccional decretó como medida cautelar la libertad bajo estrictas condiciones de seguridad, pese a que el acusado fue detenido, deportado y señalado por el gobierno estadounidense por sus presuntos vínculos con el Cártel de Sinaloa y su probable participación en delitos de tráfico de drogas hacia la Unión Americana.
En conclusión, lo más preocupante no es la vinculación a proceso ordenada por el juzgador federal, sino el precedente que sienta la resolución que permitió la inmediata libertad de Julio César “N”. Esto, a pesar de que la Fiscalía General de la República lo imputó por sus presuntos vínculos con integrantes del Cártel de Sinaloa y por su probable responsabilidad en delitos de delincuencia organizada y tráfico de drogas; ilícitos que, de acuerdo con el artículo 19 constitucional, la Ley Federal contra la Delincuencia Organizada y el Código Nacional de Procedimientos Penales, ameritan prisión preventiva oficiosa.
El Dr. Julio Jiménez Martínez es vicepresidente del Colegio Nacional de Abogados “Foro México”.