Julio Jiménez Martínez
En el marco de las consultas públicas que inician en la segunda mitad de septiembre de 2025, cuyo objetivo es revisar diversos capítulos del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), se prevé que el 1 de julio de 2026 dé inicio el proceso formal de revisión, negociación y reestructuración de apartados estratégicos. Todo esto ocurre en un contexto de tensiones comerciales derivadas de la polémica guerra arancelaria iniciada por el gobierno de Donald Trump.
Estas presiones han alcanzado también al gobierno mexicano, que, atendiendo a los compromisos asumidos en el T-MEC y bajo la estricta supervisión de Estados Unidos, propuso elevar hasta en 50% el arancel a la importación de autos de origen chino. La medida impactaría únicamente a las marcas de ese país que actualmente comercializan en México, entre ellas:
- BYD
- MG
- GAC
- Chirey
- Changan
- Jetour
- Baic
- JMC
- DFSK
- SERES
- Great Wall Motor
- Foton
- Geely
De acuerdo con la diputada federal Claudia Sánchez Juárez, integrante de la fracción parlamentaria del Partido Verde, esta propuesta resulta excesiva y podría poner en riesgo más de 800 puntos de venta que las marcas chinas han establecido en México. Señaló que, a pesar del aumento, los fabricantes asiáticos podrían mantener precios competitivos debido a sus bajos costos de producción, cadenas de suministro eficientes y acceso a materiales a menor precio. Además, recordó que la inversión destinada a estas operaciones supera los 60 mil millones de pesos, con la creación de 64 mil empleos directos y más de 38 mil indirectos.
La legisladora aclaró que el aumento arancelario no debería aplicarse a las marcas que cuentan con instalaciones de fabricación en México, independientemente de su origen, ni a aquellas que importan componentes desde China, pero cuya producción se realiza en territorio nacional bajo los beneficios de los acuerdos comerciales. Entre los casos señalados se encuentran:
- General Motors, que importa desde China el 74% de los autos que vende en México.
- Ford, con 23% de unidades provenientes de ese país.
- Volkswagen, con 25% de importaciones desde India.
- KIA, con 25% de vehículos importados desde China.
- Stellantis, con 10% de modelos procedentes de ese país.
Por su parte, Mauricio Trahyn Bautista, especialista en materia fiscal y presidente de la Comisión de Fomento Empresarial del Colegio Nacional de Abogados “Foro México”, advirtió sobre la existencia de prácticas desleales o dumping en la importación de vehículos chinos. Recordó que actualmente se paga un arancel del 20%, pero la propuesta busca elevarlo hasta el 50%, porcentaje máximo permitido por la Organización Mundial de Comercio (OMC). Según el especialista, miles de autos llegan a México con precios por debajo del valor de referencia, lo que representa un desafío para la industria automotriz nacional y para garantizar una competencia justa.
Como ejemplo, mencionó el caso del BYD Dolphin Mini, con un precio de 415,800 pesos, frente al Chevrolet Bolt EUV de General Motors, cuyo costo inicia en 658,700 pesos. Esta diferencia refleja la capacidad de los fabricantes chinos para ofrecer precios más accesibles que sus competidores tradicionales. Tan solo en el primer semestre de 2025, México recibió 280,100 vehículos provenientes de China, lo que representó un aumento del 24% respecto al mismo periodo de 2024, de acuerdo con datos de The Business Times. Con estas cifras, México se convirtió en el principal destino mundial de autos chinos, desplazando a Rusia.
En paralelo, la Representación Comercial de Estados Unidos (USTR, por sus siglas en inglés) publicará este miércoles en el Registro Federal de ese país un acuerdo que busca revisar el estricto cumplimiento del T-MEC. Este documento formulará recomendaciones para equilibrar el libre comercio, evaluar sus consecuencias económicas, industriales, sociales y comerciales, y fortalecer la integración de América del Norte. El evento, programado para el 17 de noviembre de este año en la sede de la Comisión de Comercio Internacional de Estados Unidos, incluirá un análisis sobre los beneficios macroeconómicos del acuerdo y el funcionamiento del Comité de Competitividad de América del Norte.
En conclusión, el próximo 1 de julio de 2026 se llevará a cabo la revisión oficial del T-MEC, en la que los tres socios comerciales deberán evaluar los beneficios económicos reales, los retos, los desafíos de su operación, así como reflexionar sobre las áreas de oportunidad. Será entonces cuando se definan expectativas respecto a la posible extensión del acuerdo de libre comercio por los próximos 16 años.
El Dr. Julio Jiménez Martínez es vicepresidente del Colegio Nacional de Abogados “Foro México”.
