Elmer Ancona Dorantes
Cómo estarán las cosas dentro de Morena que públicamente se están dando con todo algunos personajes-personeros más connotados de la Cuarta Transformación. Y no es para menos.
Adán Augusto López Hernández, el hermano político de Andrés Manuel López Obrador, se ha metido en un laberinto político-judicial que no sabe cómo salir de él. Se enreda más y más cada vez que abre la boca para defenderse.
Pero lo más relevante que dijo recientemente llamó mucho la atención; al ser cuestionado por los medios en una rueda de prensa, se le preguntó si era “fuego amigo” el que lo estaba persiguiendo, por la filtración de documentos confidenciales sobre su patrimonio.
Lo único que alcanzó a decir fue que sabe “quién” o “quienes” están detrás de todo este golpeteo contra su persona, y que ahora resulta que el “Pato Mayor” tira a las escopetas.
¿A qué se refiere el coordinador de la fracción parlamentaria de Morena en el Senado de la República al señalar al “Pato Mayor”? ¿A quién está apuntando directamente? ¿Quién tiene el suficiente nivel jerárquico para ponerlo o ponerla en ese escalón?
Y no tardó en rematar con un “pero no saben con quién se meten”, al autocalificarse como un zorro político lleno de experiencia, que ha recorrido maltrechos caminos que le han dado poder.
¡Ups! Con toda seguridad el “Pato Mayor” ha de saber qué terrenos está pisando; y es cierto, Adán Augusto no es cualquier personaje político, ya que ha sido gobernador, secretario de Gobernación y senador de la República.
Amén de que es señalado como el líder, la cabeza invisible, el comandante de la llamada “Barredora”, un cártel criminal masterizado que puso a temblar a todos los tabasqueños.
El “Pato Mayor” debe tener bien calculados todos sus movimientos para quitarle el fuero y mandarlo a prisión, en caso de que se le compruebe que está detrás de todas las atrocidades que cometió su secretario de Seguridad Pública en Tabasco, Hernán Bermúdez Requena.
Desde mi punto de vista, por todas las evidencias que ha estado dejando en el camino, por todas las evidencias de carácter confidencial y ultra secretas que se han ventilado, este “Pato Mayor” no es más que uno solo. Que cada quien saque sus conclusiones.
En el lugar de Adán Augusto, yo centraría toda mi atención en aquellos personajes públicos que han salido a defenderlo vehemente, pero titubeando, enmudeciendo, trastabillando.
Porque no basta con decir “que salga él senador a aclarar su patrimonio”, o como dijo otro personaje: “No es un lastre para nosotros. Nosotros no somos sus defensores jurídicos, seguramente cuando haya la acusación él se defenderá” ¡Ya no me ayudes compadre!
El “Pato Mayor”, por lo que se ve, no está actuando solo; en los medios de comunicación se han publicado las declaraciones de personajes políticos de altísimo nivel, que han advertido que “quien haya violado la ley, será juzgado, sin importar niveles jerárquicos, prestigio o nivel económico privilegiado”.
¡Madres! El senador morenista no puede ocultar ya las inmensas ojeras, estilo panda, que refleja ese rictus de temor, de miedo, de pánico que salta por sus ojos. Más le valdría ponerse de rodillas y arrastrarse hasta la Basílica de Guadalupe porque -no hay que ser adivinos-, algo muy oscuro está por ocurrirle.
¿Será que Adán Augusto esté pensando en acudir hasta el refugio de su hermano político para pedirle protección? Sólo él lo sabe; por lo pronto, basta con ver cómo estará actuando en estos días el “Pato Mayor” para deliberar su futuro.
@elmerando
