- La ayuda a los familiares y amigos es esencial para romper los ciclos de codependencia y sufrimiento.
OMAR ROMERO
CANCÚN, Q. ROO. -El alcoholismo no solo afecta a quien lo padece, sino que impacta profundamente a su entorno cercano.
Por ello, existe una comunidad mundial llamada Al-Anon, dedicada a ofrecer apoyo a familiares y amigos de personas con problemas de alcoholismo. En Quintana Roo, esta red cuenta con más de 30 grupos activos.
Recientemente, la ciudad fue sede del congreso nacional simultáneo de Al-Anon y Alateen, que busca fortalecer el acompañamiento emocional de quienes conviven con personas que sufren esta enfermedad.
María, una de las coordinadoras de los grupos en la región, destacó que, aunque los grupos de Alcohólicos Anónimos (AA) han sido pieza fundamental en el proceso de recuperación de los consumidores de alcohol, la ayuda a los familiares es esencial para romper los ciclos de codependencia y sufrimiento.
A diferencia de AA, que trabaja directamente con la persona que busca dejar la adicción, Al-Anon se enfoca en quienes viven con esa realidad todos los días, como son padres, hijos, hermanos, esposos, suegros y amigos cercanos del enfermo.
“Son una gran ayuda (estos grupos), la familia siempre está queriendo rescatar al alcohólico y nosotros los familiares también estamos sumamente afectados emocionalmente.
“Así como ellos están obsesionados con su botella, nosotros estamos obsesionados con ellos para que dejen de beber”, dijo.
Muchas familias, explicó, enfrentan crisis emocionales a causa del alcoholismo, pero no siempre buscan ayuda, ya sea por desconocimiento o por prejuicios sociales que aún persisten respecto a los grupos de apoyo.
El objetivo, señaló, es que cada vez más personas conozcan que existen espacios seguros y confidenciales donde pueden recibir orientación, compartir sus experiencias y sanar junto a otros que atraviesan situaciones similares.
El número de integrantes en los grupos, expresó, varía ya que todavía hay muchas familias que consideran que no necesitan ayuda, enfocándose únicamente en quien consume alcohol, sin reconocer el impacto emocional que sufre su entorno cercano.
De ahí la importancia de generar conciencia sobre el rol de la familia en el proceso de recuperación del alcohólico, ya que muchas veces, sin quererlo, adoptan el papel de “rescatadores” y terminan protegiendo al alcohólico de las consecuencias de su comportamiento.