- Una jornada de terror se vivió en la cabecera municipal de Villaflores, Chiapas, durante la madrugada de este sábado 27 de diciembre.
GABRIELA GAMBOA
VILLAFLORES, CHIS.- Una jornada de terror se vivió en la cabecera municipal de Villaflores, Chiapas, durante la madrugada de este sábado 27 de diciembre.
Comandos armados irrumpieran en la ciudad para incendiar dos centros nocturnos, dejando un saldo de siete personas desaparecidas, varias heridas y un clima de zozobra que ha obligado a un despliegue masivo de fuerzas federales.
Cerca de las tres de la madrugada, sujetos a bordo de camionetas todoterreno arribaron de manera simultánea a los establecimientos “La Kabala Sport Bar & Karaoke” y “Anubis’s Discoclub”.
Según testigos, los agresores utilizaron combustible para prender fuego a las fachadas e interiores de los locales.
En el exterior de “La Kabala”, tres vehículos que se encontraban estacionados fueron reducidos a cenizas por las llamas.
El saldo inicial reportado por las autoridades de salud indica que al menos cuatro mujeres resultaron con quemaduras y fueron trasladadas de urgencia al hospital regional, donde se reportan estables bajo vigilancia médica.
La Fiscalía General del Estado (FGE) confirmó la desaparición de siete hombres que fueron privados de la libertad durante los incidentes.
Entre las víctimas se encuentran los propietarios de los negocios afectados, identificados como Sergio Enrique Pereda Tamayo (30 años), dueño de La Kabala;
José Armando Coutiño Ruiz (28 años), dueño de Anubis; José Ángel Martínez Marina (45 años); Eduardo Vázquez Ramírez (21 años); Mauricio Camilo Girón y Juan Ovani Camilo Girón.
Lamentablemente, en las últimas horas del domingo 28 de diciembre, trascendió el hallazgo sin vida de uno de los desaparecidos, presuntamente Sergio Enrique Pereda, aunque las autoridades continúan con las diligencias para la identificación oficial y la búsqueda del resto del grupo.
El fiscal general del Estado, Jorge Luis Llaven Abarca, señaló que las investigaciones preliminares apuntan a que el móvil de este ataque es una disputa territorial por el narcomenudeo entre células delictivas antagónicas, vinculadas regionalmente al Cártel de Sinaloa y el Cartel Jalisco Nueva Generación (CJNG).
Ante la gravedad de los hechos, el gobierno estatal y federal ordenaron un despliegue de más de 200 elementos de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), Guardia Nacional y cuerpos de inteligencia ministerial.
Los efectivos mantienen patrullajes terrestres y apoyo aéreo con helicópteros para intentar localizar a los responsables y a las personas que aún permanecen desaparecidas.




