Aunque el sargazo crece desde hace siglos en el Océano Atlántico, su floración actual tan abundante se debe al incremento de nitrógeno en el medio ambiente.
TONATIÚH RUBÍN / AGENCIA REFORMA
CIUDAD DE MÉXICO.- Aunque el sargazo ha crecido durante siglos en el Océano Atlántico, su floración actual tan abundante se debe al incremento de nitrógeno en el medio ambiente, sugiere un estudio liderado por la Universidad Atlántica de Florida (FAU, por sus siglas en inglés).
Las algas flotantes del género Sargassum crecen en las aguas del norte del Atlántico gracias a nutrientes naturales que provienen de las excreciones de peces e invertebrados, así como al ciclo de fijación de nitrógeno, en el cual las bacterias convierten este elemento en amoníaco que pueden utilizar las plantas, apunta Khan Academy.
En la actualidad, la creciente disponibilidad de nitrógeno promueve el florecimiento del sargazo, que deja de ser un vibrante organismo vivo para convertirse en una zona muerta y tóxica, advierte la investigación publicada en “Nature Communications”.
A través de examinar 488 muestras de esta alga recolectadas desde la década de 1980 hasta la de 2010, los investigadores determinaron que su composición química se transformó durante este período de tiempo.
Su contenido de nitrógeno aumentó 35 por ciento y el de fósforo disminuyo 42 por ciento.
Brian Lapointe, coautor del estudio e investigador de la FAU, explicó que el crecimiento del nitrógeno responde a fuentes naturales, como el proceso de fijación, y a la mayor cantidad de este elemento en la atmósfera debido a las actividades humanas.
Todos los procesos de combustión a altas temperaturas producen óxidos de nitrógeno (NOx). Por eso, la generación de electricidad y los vehículos que utilizan un motor de combustión liberan estos gases, señala la Secretaría de Medio Ambiente (Sedema) de la Ciudad de México.
Las emisiones de NOx derivadas de actividades humanas han provocado que su ritmo de deposición (cambio de estado gaseoso a sólido) en la actualidad sea cinco veces más grande que en la época previa a la Revolución Industrial.
Además, el 85 por ciento de todos los fertilizantes sintéticos de nitrógeno se han creado a partir de 1985.
Según Lapointe, el Gran Cinturón de Sargazo del Atlántico, una concentración flotante de algas que alcanzó un tamaño de 8 mil 850 kilómetros en 2018, puede haberse formado por las descargas de nitrógeno y fósforo en los ríos Congo, Amazonas y Mississippi, la deposición del polvo del desierto del Sahara, así como la quema de vegetación en el centro y sur de África.
“Las actividades humanas han alterado en gran medida los ciclos globales del carbono, el nitrógeno y el fósforo. Las entradas de nitrógeno (a su ciclo) ahora se consideran de ‘alto riesgo’ y por encima de un límite planetario seguro”, alertó el investigador del Instituto Oceanográfico Harbour Branch de la FAU.
En el 2018, la limpieza de sargazo en el Caribe costó cerca de 120 millones de dólares, sin tomar en cuenta las pérdidas para el turismo.
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