- Laura denunció los hechos ante la Fiscalía estatal, pero asegura que no hay ninguna pista ni avance, por lo que busca el apoyo del Presidente.
ANTONIO BARANDA / AGENCIA REFORMA
SAN JOSÉ DEL CABO, BC.- Laura llega llorando a la Unidad Deportiva Rodrigo Aragón, a minutos de que arribe el Presidente Andrés Manuel López Obrador.
La joven almacenista del Seguro Social agita las manos, pide atención, luce desesperada.
“Mi esposo desapareció, no sabemos dónde está, no sabemos si fue un secuestro o por qué se lo llevaron”, suelta detrás de las vallas colocadas para el evento presidencial.
“El Presidente dice que no tiene reportes de desaparecidos aquí, que sepa que sí hay, acaba de pasar apenas antier con mi esposo”, agrega.
Más temprano, López Obrador dijo en su conferencia mañanera que no tenía reportes de personas desaparecidas en este municipio turístico.
“En el caso de desapariciones no tenemos nosotros esa información; sin embargo, vamos a analizarlo”, expresó al ser cuestionado por una reportera local.
La realidad supera la declaración.
Laura contó que el martes en la noche su esposo habría sido sacado de su domicilio, en la Colonia Monte Real de San José del Cabo.
Contó que, además de la desaparición de Manuel Méndez Joya, de 28 años de edad, los perpetradores se llevaron varios artículo de la casa.
“Ya no sé de él, necesito su cuerpo, yo nada más quiero por favor que me lo entreguen, darle a su mamá la tranquilidad y la paz si ya no está con vida”, expresa.
“Yo no quiero justicia, yo quiero el cuerpo nada más; no quiero saber por qué ni para qué. Él es una persona buena, trabajadora. Trabaja en el Seguro Social”.
Laura denunció los hechos ante la Fiscalía estatal, pero asegura que no hay ninguna pista ni avance, por lo que busca el apoyo del Presidente.
“No pido culpables, sólo pido que me ayuden a encontrarlo”, expresa en la céntrica Colonia Rosarito, donde la visita presidencial pasa desapercibida.
Una mujer de la Ayudantía se acerca a Laura y a su suegra Amparo Joya. Les ofrece atender el caso, pero las mujeres deciden esperar a López Obrador.
“Queremos verlo, necesitamos hablar con él, que sepa de viva voz que sí hay desaparecidos”, reitera Laura.
Llegada de López Obrador
El Mandatario llega minutos antes de las 11:00 horas, pero ingresa a la unidad deportiva por otro acceso, por lo que Laura y la mamá del desaparecido no logran verlo.
Al tiempo que se desarrollaba el evento -sobre programas de Bienestar en el estado-, la señora Joya se sube a una de las vallas y comienza a gritar: “ayúdenme, ayúdenme”.
Acompañada de Laura, pide la intervención de López Obrador para hallar a su hijo, a quien describe como trabajador, honesto, “limpio” e íntegro.
En cuestión de segundos, personal de la Ayudantía y de la Secretaría del Bienestar “desactiva” la protesta con la misma promesa de antes: revisar y atender el caso.
Pero ambas mujeres deciden quedarse y esperar, ahora, la salida de López Obrador.
Termina el evento y Laura se acerca al Mandatario. Entre lágrimas le expone el caso. De fondo se escucha un “coro” de morenistas que grita: “Presidente, Presidente”.
Carlos Mendoza Davis, el Gobernador sudcaliforniano, así como el Mandatario electo de la entidad, Víctor Castro, escuchan atentos, detrás del Mandatario.
“Me lo desaparecieron, fue el martes pasado. Ayúdeme, yo le pido a usted, la máxima austeridad, ayúdenme”, ruega al Presidente, casi tocándolo.
López Obrador la escucha y luego la canaliza con el Gobernador.
“Con David”, le dice antes de darle unas palmaditas en la espalda y de soltar un “ya, ya… me voy a saludar a la gente”.
En efecto, el Jefe del Ejecutivo sale por el frente de la unidad deportiva sólo para agradecer a distancia los gritos de apoyo de apenas un puñado de personas.
“Ya los escuché”, expresa llevándose los brazos al pecho a manera de una especie de reverencia.
-¿Qué le pidió la mujer”, se le pregunta al Mandatario.
“Es que desaparecieron a su compañero hace cuatro días, vamos a (inaudible) encontrarlo básicamente”, responde.
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