- El Parque Nacional Arrecife Alacranes enfrenta la doble amenaza de la pesca ilegal y el creciente turismo en la zona.
VÍCTOR OSORIO / AGENCIA REFORMA
CIUDAD DE MÉXICO.- El Parque Nacional Arrecife Alacranes, ubicado frente a las costas de Yucatán, enfrenta la doble amenaza de la pesca ilegal y el creciente turismo en la zona, alertó la organización ambientalista Oceana.
Al informar sobre la conclusión de la expedición científica Proyecto Alacranes, reportó la muerte de corales llamados “cuerno de alce”, así como una alta presencia del pez león, una especie invasora.
Detalló que integrantes de la expedición fotografiaron con cámaras de alta definición ocho sitios con el objetivo de generar mapas 3D para obtener una imagen precisa de los corales, conocer el estado actual del arrecife y proponer medidas para su conservación.
“Esta tecnología es innovadora en nuestro país, y nos dará información fundamental sobre la salud de toda la biodiversidad que ahí habita”, expuso Mariana Reyna, líder de la expedición.
Oceana explicó que, en una investigación complementaria, utilizando la plataforma de monitoreo satelital de embarcaciones pesqueras Global Fishing Watch, ubicó 68 embarcaciones realizando posibles actividades pesqueras en la zona núcleo del Área Marina Protegida (AMP), donde ningún tipo de pesca está permitida, entre 2012 y 2019.
Sus recorridos, apuntó, coinciden con sitios donde hay especies de interés comercial como el pepino de mar, la langosta y el caracol rosado.
“La pesca ilegal es una de las mayores amenazas para nuestros mares, porque impide que el área de protección haga su trabajo de recuperación”, advirtió Miguel Rivas, director de campaña de Hábitat en Oceana,
“Si no se permite que las especies de importancia pesquera se desarrollen, podemos sobreexplotar los recursos de los que depende el ingreso de miles de familias que se dedican a la pesca”.
Respecto al turismo, Oceana señaló que desde 2015 se ha incrementado en el Arrecife Alacranes. Tan sólo en 2018, reportó, se registraron 6 mil 737 turistas; es decir, 217 personas por día, una cantidad que sobrepasa el límite establecido para su conservación.
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