NIDO DE VÍBORAS

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NIDO-PUERTO-MORELOS-P

POR KUKULKÁN

LA ALCALDESA Blanca Merari Tziu recibió el municipio de Puerto Morelos en quiebra. La principal herencia que le dejó su antecesora, Laura Fernández Piña, fue no haber enterado las cuotas del Instituto Mexicano del Seguro Social ni del Impuesto Sobre Nóminas ni del Impuesto Sobre la Renta, a pesar de que los retuvo a los más de mil 200 trabajadores que conforman la nómina del ayuntamiento (de 7 millones de pesos al mes), en la que por cierto se detectaron a más de 400 aviadores con sueldos privilegiados, la mayoría excolaboradores de la ahora diputada federal por el Partido Verde Ecologista.

LA CUENTA de esta deuda acumulada a lo largo de cinco años que Fernández Piña estuvo al frente del ayuntamiento, arroja la cantidad de los 100 millones de pesos, en números redondos: 60 millones de pesos por las cuotas de los trabajadores no enteradas al IMSS, 20 millones del ISN y 20 millones del ISR. La noticia sobre estos adeudos, le cayó como bomba a la nueva alcaldesa, quien no sabrá de política, pero tiene principios y no está dispuesta a convertirse en la “Juanita” ni a encubrir estas irregularidades que tienen quebradas las arcas municipales.

AUNQUE se trata de un municipio controlado por el Partido Verde Ecologista, tres corrientes internas se están disputando el control de la administración; el grupo de “El Niño Verde”, Jorge Emilio González Martínez, el de la alcaldesa de facto Laura Fernández Piña y el de la alcaldesa de jure Blanca Merari Tziu, quien está siendo presionada para que avale no sólo estas irregularidades, sino también aprobar la concesión de las luminarias por 20 años, nada más y nada menos que a favor del empresario Carlos Alberto Moyano Menchaca, esposo de la actual diputada federal.

LOS PRÓXIMOS días serán decisivos para saber si la nueva alcaldesa cede ante las presiones o se deslinda tanto de “El Niño Verde” como de Fernández Piña, para hacer un gobierno independiente y libre. No pasa de este mes en que Blanca Merari debe decidir si acepta el cogobierno con estos personajes o marca distancia con la ley en la mano, investigando a fondo las irregularidades, de las que por cierto no dejaron documentos en archivo, aunque el IMSS y las Secretarías de Hacienda estatal y federal están requiriendo los adeudos. 

HACE ocho meses, Blanca Merari se dedicaba a su hogar, al cuidado de sus hijos, era el apoyo de su esposo “Nacho” quien venía trabajando como colaborador cercano de Fernández Piña para buscar la presidencia municipal hasta que balas asesinas se lo impidieron. Ella lo sustituyó en la candidatura y hoy es alcaldesa constitucional. Sin experiencia política ni conocimiento del servicio público, la viuda de Sánchez Cordero tendrá que hacer frente a los problemas del ayuntamiento, que de entrada nada más es sacar para la nómina cada 15 días, además de los gastos por los diferentes servicios públicos, a proveedores y todavía librarse de la injerencia de los grupos del Partido Verde, cuyo objetivo son los negocios privados desde el poder.

LA VENTAJA que tiene Blanca Merari es precisamente no ser política, porque los políticos están desprestigiados ante la sociedad y ella, como ciudadana común, mujer y madre, cuenta con el apoyo de la población que se ve reflejada en su experiencia. Donde debe estar alerta, es en el equipo que le fue impuesto, todo un estanque de tiburones y una que otra piraña, pero al fin y al cabo todos carroñeros del presupuesto público. Debe rodearse de asesores preparados y leales para contrarrestar los ataques de los caballos de Troya que le dejaron sembrados en todas las dependencias. Esperemos a ver cuál será su postura.

@Nido_DeViboras