- Pese a las dificultades y los riegos del viaje, pues en las noticias han visto cómo los migrantes han sido golpeados por la GN, la pareja consideró que “está peor quedarse en Honduras”.
ÉDGAR HERNÁNDEZ / AGENCIA REFORMA
HUEHUETÁN, CHIAPAS.- La pareja de migrantes hondureños conformada por Edith Antillana y Julio González perdió su patrimonio el año pasado por el huracán “Eta”, que azotó Centroamérica, por lo que decidió migrar y llegó hace tres meses a Tapachula, Chiapas.
En la frontera sur no consiguió empleo ni veía avances en sus trámites de regularización ante la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (Comar) ni el Instituto Nacional de Migración (INM).
Un día que pasaban por el centro de la ciudad, Edith y Julio se acercaron a un grupo de migrantes que hablaba sobre trámites de amparo para salir en Caravana hacia la Ciudad de México y optaron en sumarse a la convocatoria.
Tomaron a sus dos niños, una de cuatro años y un pequeño de dos años, y emprendieron el sábado la caminata junto a cientos de extranjeros, en su mayoría centroamericanos.
Pero en dos días apenas han avanzado sólo 28 kilómetros, pues sólo llegaron a Huehuetán al medio día de ayer.
Para intentar salir de Tapachula, donde llevan varados más de un año debido a las políticas de contención del gobierno mexicano, los extranjeros tramitaron amparos ante un juez.
“(Con este documento) estamos demostrándole a Migración que nosotros venimos amparados ante un juez federal”, dijo un migrante con una copia del documento judicial.
Otro centroamericano pidió al INM que acate la disposición de un juez federal y respete su derecho a desplazarse.
“Le pedimos a Migración que nos deje caminar, que nos respete nuestro derecho a migrar, vamos amparados, llevamos un montón de niños, familias completas, y queremos que nos dejen caminar”, lanzó.
Sin embargo, autoridades del INM han advertido que los amparos no les permiten el libre tránsito por el país.
Edith y Julio advirtieron que no piensan regresar a Honduras.
Durante la caminata de dos días al pequeño César, de dos años, le dio fiebre y a Alison le comenzó un dolor de garganta.
Pese a las dificultades y los riegos del viaje, pues en las noticias han visto cómo los migrantes han sido golpeados por la Guardia Nacional (GN), la pareja consideró que “está peor quedarse en Honduras”.
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