POR KUKULKÁN
LA VISITA relámpago del presidente Andrés Manuel López Obrador para anunciar el inicio de un paquete de cinco obras de infraestructura urbana para remodelar, construir vialidades y modernizar Cancún y Tulum, fue sólo el pretexto para venir, uno, a renovar votos de agradecimiento con un estado donde los ciudadanos han votado ciegamente por él y arrollado a sus adversarios en las tres elecciones presidenciales que participó (Felipe Calderón 2006, Enrique Peña Nieto 2012 y José Antonio Meade 2018), y dos, a buscar el voto de los quintanarroenses a favor del proyecto de la Cuarta Transformación en el próximo proceso electoral por la gubernatura en junio.
SU PRESENCIA vino a serenar los ánimos que encendió el pasado proceso de selección interna tanto del candidato a la gubernatura como a las diputaciones locales, pues hasta Palacio Nacional le llegó información de que un posible desgajamiento de los inconformes con los resultados pondría en riesgo el triunfo de la gubernatura que ya casi tienen en la bolsa, como lo advirtió el propio fundador de Morena en Quintana Roo, Rafael Marín Mollinedo.
COMO ya lo venían adelantando las diferentes encuestas, Mara Lezama Espinosa resultó ser la candidata al encabezar las preferencias tanto de los electores locales como del Gran Elector, el presidente, quien en su discurso de esta visita no felicitó por hacer bien su trabajo ni al gobernador Carlos Joaquín ni a la aún alcaldesa Mara Lezama —como en anteriores ocasiones sí lo hizo—, aunque los verdaderos mensajes no estuvieron en el lenguaje verbal, sino en los deliberados silencios del equipo presidencial de logística para la organización del evento, así como el lenguaje corporal de López Obrador.
SE PLANEÓ que fuera en las instalaciones del Instituto Tecnológico de Cancún, cercano al aeropuerto, pero eso se mantuvo en secreto hasta dos horas antes de la cita para evitar filtraciones que pudieran alentar la presencia de posibles manifestaciones de repudio o descontento social. Todo salió como se había planeado, con orden, sin contratiempos, aunque entre los reporteros de la prensa nacional más perspicaces no le encontraron sentido a que el presidente haya realizado una gira para anunciar el arranque de obras que empezarán hasta mayo entrante, o sea dentro de cuatro meses.
MUCHO menos se les hizo lógico que el presidente haya escogido Cancún para realizar su primera gira de trabajo del año al interior del país, luego de una recuperación por intervención de un cateterismo y a días de activarse la veda electoral para publicitar obras públicas, desafiando los tiempos de sanciones, entonces la conclusión fue que el presidente vino a respaldar a su candidata a la gubernatura Mara Lezama a quien públicamente, en el único mensaje verbal la aludió personalmente, le reconoció su perseverancia para gestionar parte de las obras anunciadas el fin de semana, entre ellas la pavimentación y remodelación de 11 kilómetros del bulevar Luis Donaldo Colosio.
PERO el gobernador Carlos Joaquín, también tiene sus méritos en todo este anuncio espectacular de obras por la cantidad de diez mil millones de pesos, que representan casi la tercera parte del presupuesto anual del estado; su gobierno lleva un paso adelante en los proyectos de algunas de estas obras, como el de la construcción del puente vehicular sobre la Laguna Nichupté que tendrá una longitud de 13.5 kilómetros –8.4 kilómetros sobre agua y cerca de 5 kilómetros hacia el entronque con el bulevar Colosio–.
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EN DONDE tampoco se serena el descontento es en la militancia y seguidores de la alianza “Va por Quintana Roo”, conformada por PAN y PRD, donde varios inconformes han anunciado que en los próximos días harán pública su renuncia al partido del sol azteca por considerar como una burla el que la dirigencia nacional hayan elegido como candidata a una priista con antecedentes de corrupción, que representa los intereses de la dupla González, integrada por el ex gobernador Félix González Canto y Jorge Emilio González Martínez “El Niño Verde”.
SE RUMORA que entre los que posiblemente cuelguen los guantes amarillos figuran el delegado nacional del PRD, Juan José Marín, el ex regidor José Luis Acosta y el ex alcalde Julián Ricalde, así que en los próximos días se sabrá quienes apelando a la congruencia de sus actos y acciones, presentan sus respectivas cartas de renuncia, con lo que se le hará un boquete a la candidata aliancista Laura Fernández Piña, pero esta ante tal desaire le apuesta a conquistar el voto de priistas y verdecologistas que se supone van en alianza con Morena y PT con Mara Lezama. La lucha apenas empieza.
