- Han sido 19 días consecutivos en los que el tema del hijo mayor del presidente, está en la discusión y el debate, y todo indica que va para largo.
RODOLFO MONTES
CIUDAD DE MÉXICO.- El controvertido caso de José Ramón, hijo del presidente Andrés Manuel López Obrador, lejos de bajar de tono, ha aumentado en intensidad a grado tal que el inquilino de Palacio Nacional estuvo a nada de llorar al salir en defensa de su primogénito.
La escena se dio justo cuando los secretarios de Estado que lo acompañaron en su conferencia de prensa matutina, ya estaban de pie, pues ya se daba por terminada la mañanera pero el mandatario volvió a tocar el tema: “Acerca de los mis hijos, yo tengo la ventaja, si se puede decir así, de que hemos sido espiados durante muchos años, desde que ellos estaban pequeñitos. Bueno, cuando empezamos a ser oposición en Tabasco nos costó trabajo conseguir escuelas para que los inscribieran, ya se pueden imaginar las que hemos pasado.
“Ellos saben que desde niños hemos tenido carros de vigilancia en frente de nuestra casa, ellos han visto cómo cuando el movimiento en defensa del petróleo allá por 1995, sí, 95, 96, yo traía orden de aprehensión, me metieron todo el Código Penal, como 11 delitos.
“Entonces, para obligarme a que yo me ampara o que yo me fugara, pasaron helicópteros, en ese entonces del Cisen, estaba Tello en el Cisen y Roberto Madrazo de gobernador, entonces se quedaban los helicópteros encima de la casa.
Le agradezco mucho a Lourdes Galaz, una periodista, y a Carmen Lira, que fueron a buscar a mis hijos. Entonces, ya ellos saben que es esto. Me da mucho orgullo que resistan y se han portado bien, aunque saben de qué una cosa es lo familiar y otra cosa es el servicio público, lo saben perfectamente. Mientras yo he sido dirigente, ellos no han ocupado un cargo, porque es el acuerdo que tenemos, lo sabemos muy bien. Y yo les pido que se sigan portando bien, como lo están haciendo.
“Y agradezco al Creador de que no pintan para ser como el hijo de José María Morelos, del cura Morelos, que tuvo un hijo, Juan Nepomuceno Almonte, que se volvió traidor y se pasó al bando de los conservadores”, abundó Obrador con una larga pausa y a punto del sollozo. Un par de horas más tarde, muy cerca de Palacio Nacional, en el Senado, integrantes del grupo parlamentario del Partido Acción Nacional, encabezados por la senadora Kenia López, introdujeron una gran maqueta al salón de plenos.
Se trataba de un gran rompecabezas que armaron de manera ágil para presentarla al frente, a pie de la tribuna senatorial. Se trataba de la llamada casa gris que rentó José Ramón López Beltrán a un alto ejecutivo de una empresa beneficiada con millonarios contratos.
Nada pudo hacer la presidenta de la Mesa Directiva, la ministra Olga Sánchez Cordero, quien se quedó boquiabierta ante tal escena, mientras que los de la bancada morenista tuvieron que abandonar la sesión y fue justo cuando Sánchez Cordero tuvo el tino de declarar un receso por 15 minutos, que se prolongaron por varias horas hasta que todas las bancadas regresaron al pleno.
Tuvo que salir al quite el coordinador de la Junta de Coordinación Política, Ricardo Monreal Ávila para apagar el fogonazo de la bancada albiazul. Lo hizo llamando a la cordura, al entendimiento y a la prudencia. Han sido 19 días consecutivos en los que el tema del hijo mayor del presidente, está en la discusión y el debate, y todo indica que va para largo.
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