Padecen mujeres por desidia oficial

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Padecen mujeres por desidia oficial
  • Advierte encuesta que falta de apoyo propicia desigualdad, revela estudio falta de un sistema nacional de cuidados para que mujeres progresen.
EMMANUEL LEÓN / AGENCIA REFORMA

CIUDAD DE MÉXICO.- Nacer en el estrato socioeconómico más bajo, en la región sur del país, ser cuidadora y, además, mujer, son factores que significan casi una condena para no poder avanzar económica y socialmente en México.

Así lo revela la última Encuesta ESRU de Movilidad Social en México del Centro de Estudios Espinosa Yglesias (CEEY), que retrata las dificultades por la falta de un sistema nacional de cuidados y cómo se agravan en el caso de las mujeres a quienes invisibilizan y frenan.

Roberto Vélez, director ejecutivo del CEEY, explicó que en promedio 49 de cada 100 personas que nacen en el escalón económico más bajo no logran salir de él, pero al considerar la línea de pobreza, esa cifra aumenta a 74 de cada 100.

Sin embargo, para quienes son de la región sur, de entidades como Yucatán, Veracruz, Tabasco, Guerrero, Oaxaca y Chiapas, la situación se agrava, pues en esa condición quedan 86 de cada 100.

En contraste con estas cifras, añadió, en el norte del país 54 de cada 100 personas se quedan en situación de pobreza, es decir, 32 menos que en los estados al otro extremo.

El peor factor es para las mujeres, quienes sólo por su género enfrentan además la carga social y familiar de tener que ser cuidadoras, sin apoyos familiares o gubernamentales, ni oportunidades laborales o sociales, por lo que su desarrollo se frena.

“Pueden decir: ‘las mujeres pueden ir a trabajar si quieren’, pues no, porque el espacio de posibilidad de elegir salir a trabajar es más restringido que el de los hombres y en muchos de los casos ni se evalúa, es en automático decidir el papel de las mujeres”, señaló.

Vélez explicó que en la encuesta se detectó que una de las mejores formas de atacar la desigualdad y brindar oportunidades a las mujeres es crear un sistema sólido, general, de cuidados locales, que permita que hagan uso de éste personas en campos laborales formales e informales, que se encargan del cuidado de menores, personas con enfermedades o adultos mayores.

El problema es estructural. La pandemia de Covid-19 lo agravó y visibilizó todavía más la necesidad de ampliar la oferta de servicios de cuidados (centros de atención infantil, escuelas de horarios ampliados, atención a personas con discapacidad, enfermas y adultas mayores), así como incentivar la ampliación de la oferta de cuidados y el acceso de todas las personas sin importar su posición socioeconómica.

Esto con herramientas de gasto social y gasto fiscal que, dijo, son una inversión urgente y necesaria en materia social.

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