La vida en un sótano entre bombas y biberones

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La vida en un sótano entre bombas y biberones
  • En el sótano de Kiev, Yashenko y las otras niñeras están cuidando a los menores, incluso cuando están cada vez más preocupados por la guerra.
STAFF / LUCES DEL SIGLO

KIEV, UCRANIA.- Debajo de una escalera polvorienta, escondida de los bombardeos que se han convertido en el sombrío ruido de fondo de la capital de Ucrania, Ludmila Yashenko se preocupa por los bebés. Hay 19 de ellos durmiendo o arrullándose en cunas.

La cocina tiene un esterilizador para biberones, mientras que la guardería tiene una estación para cambiar pañales.

Yashenko y otras niñeras abrazan a los infantes en su regazo, mientras ven la televisión para enterarse de las últimas noticias de la guerra.

La muerte y la destrucción campan en Ucrania, pero en este sótano hay nueva vida, aunque también problemas, publicó en un reportaje el diario The New York Times.

Los bebés nacieron de madres sustitutas, con sus padres biológicos aún fuera del país. Debido a la guerra, la ciudadanía de los recién nacidos es incierta, al igual que la cuestión de quiénes son sus tutores legales, ya que, según la ley ucraniana, sus padres biológicos deben estar presentes para confirmar su nacionalidad.

También está la cuestión de cómo, o si es posible que puedan ser llevados a un lugar seguro.

En otros lugares, las futuras madres quedan atrapadas por los combates. Las parejas en el extranjero no tienen idea de cómo recogerán a sus bebés.

En el sótano de Kiev, Yashenko y las otras niñeras están cuidando a los menores, incluso cuando están cada vez más preocupados por la guerra que se libra sobre sus cabezas.

“Por supuesto, no podemos abandonar a los bebés”, dijo Yashenko.

Su esposo y sus dos hijos, todos soldados del Ejército de Ucrania, le pidieron que saliera de Kiev.

“Quieren que me vaya, pero no puedo abandonar a mis compañeros, no puedo abandonar mi trabajo, no puedo dejar a estos bebés”, externó.

“Me quedaré aquí hasta que todo vuelva a su lugar”.

Ucrania es uno de los pocos países que ofrecen servicios de subrogación a extranjeros.

Según algunas estimaciones, su industria es la más grande del mundo.

Algunos involucrados en el negocio dicen que unas 500 mujeres están ahora embarazadas en Ucrania como madres sustitutas para clientes extranjeros.

Parejas de Estados Unidos, Europa, América del Sur y China que no pueden tener hijos han recurrido a Ucrania.

Los defensores dicen que la subrogación es segura y proporciona un servicio insustituible para esas parejas.

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