- El Sistema Cutzamala cumple 40 años de operación y, según expertos, la infraestructura puede ser renovada para funcionar cuatro décadas más.
IVÁN SOSA / AGENCIA REFORMA
CIUDAD DE MÉXICO.- El Sistema Cutzamala cumple 40 años de operación y, según expertos, la infraestructura puede ser renovada para funcionar cuatro décadas más, pero lo que está en duda es que tenga agua para trasladar.
“Tenemos sistema para más tiempo, pero la pregunta es ¿tendremos agua? Con el cambio climático se presentan sequías cada vez más intensas”, expuso el presidente del Colegio de Ingenieros Civiles de México (CICM), Felipe Arreguín.
“Empieza a llover un poco y se nos olvida que la sequía es un problema persistente”, puntualizó el experto del Instituto de Ingeniería de la UNAM.
El caudal se toma de siete presas conectadas por canales, en los estados de México y Michoacán, para potabilizarla en la planta de Berros, al lado de Valle de Bravo, y llevarla en un acueducto a las ciudades de México y Toluca, explicó.
“Se toma el agua de la vertiente del Pacífico, para ensuciarla y luego tirarla en Hidalgo y el Golfo de México”, indicó Arreguín.
“Este modelo no es el ideal, pero es lo que tenemos”, puntualizó.
Para la investigadora de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), Fabiola Sosa, el Cutzamala aporta hasta 10 mil litros por segundo, pero un volumen mayor se pierde en fugas en las tuberías.
“Mientras más extraigamos de los pozos vamos a tener estos hundimientos diferenciales, que dislocan las redes de distribución”, subrayó Sosa.
El abasto del Cutzamala podría reemplazarse con el agua recuperada de las fugas.
“Este volumen se podría reducir para no tener que transportar el agua desde más de 120 kilómetros y bombearla más de mil 100 metros de altura, con enormes costos de energía y sociales”, señaló Sosa.
Tan frecuentes como las sequías son las quejas de los habitantes cercanos a las presas, que ven el agua menos disponible y enviada a Toluca y Ciudad de México, en donde es mínima la reutilización con plantas de tratamiento, añadió.
La sectorización de la red en distritos hidráulicos, acelerada por el Sistema de Aguas de Ciudad de México (Sacmex) carecerá de mayores resultados de persistir el derroche en el consumo y en las fugas, apuntó Felipe Arreguín.
“El tirano de las fugas es el sapito en el tanque del excusado, regamos los jardines a plena luz del día, cuando hay más evaporación, lavamos el carro a manguerazos, el baño en la regadera es muy prolongado”, planteó.
Con la sectorización, el Gobierno de la Ciudad ofreció reducir la explotación de los pozos.
“Cuando se hizo el programa de los Pozos de Acción Inmediata, los famosos PAI, se dijo que eran de emergencia, ahora se perforaron los pozos profundos 2 mil metros por debajo, para exploración, y ya se están explotando”, concluyó Arreguín.
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